Toman acciones tras condiciones en las que laboraba perrera municipal de Rosarito
Se trabaja para instalar una clínica en la perrera, a fin de que ahí se realicen esterilizaciones.

Rosarito BC.- Tras las imágenes de las condiciones en las que operó la Perrera Municipal de Rosarito hace unos días, la alcaldesa Rocío Adame Muñoz, aseguró que ya se tomaron acciones y que se despidió al encargado del lugar, además se contrató a tres personas para cubrir por tiempo completo el sitio.
Al cuate (encargado de la perrera), se le hizo bueno irse 3 días y dejó nada más comida suficiente pero eso no debe de suceder, y esta persona ya no está, contratamos a otras tres personas para que se hagan cargo”
Explicó.
La primera edil, consideró que se ha trabajado mucho en la dignificación del lugar, no tenía agua, luz, los drenajes estaban en peores condiciones, por lo que no se puede hablar de que se encuentra en las mismas condiciones en que estaba antes de su gobierno.
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Toman acciones inmediatas
Adame Muñoz, refirió que los errores que se vayan cometiendo se tienen que asumir y arreglarlos, y por eso se tomaron acciones inmediatamente por parte de la Oficialía Mayor, para hacer los cambios.
Dijo que incluso se trabaja para instalar una clínica en la perrera, a fin de que ahí se realicen esterilizaciones aunque recalcó que los ciudadanos no se hacen responsables de sus animales y es lo que está provocando que haya muchos abandonados.
Aseguró que ella no va solo a tomarse la foto como se dice, ya que está al pendiente de lo que se tiene que ir haciendo, pero es una responsabilidad de todos, ya que la autoridad tampoco es la responsable de todo, porque al final el recurso que se pueda tener, nunca es suficiente aunque dijo que sí hay vacunas y medicamento para la atención de los animales.
Condiciones de abandono
La artista plástica y activista, Laura Lizárraga Hoffmann, publicó el pasado fin de semana en sus redes sociales, videos donde mostró las condiciones de abandono en las que se encontraban los animales en la perrera municipal, que se ubica en el Poblado Morelos.
Describió como “un infierno” lo que vio al llegar al sitio, ya que las jaulas estaban llenas de heces y sangre de los mismos perros, que al parecer se habían atacado por falta de comida y además, había ejemplares ya muertos y otros enfermos.
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