La tragedia de El Coliseo
El 22 de diciembre de 1951 ocurrió una de las mayores tragedias en la historia de Tijuana, decenas de niños de escasos recursos, además de otros menores y adultos murieron en un incendio.
El siniestro ocurrió en el salón El Coliseo, un edificio ubicado sobre la avenida Mutualismo, entre la calle Segunda y Tercera, en donde se realizaban todo tipo de eventos, incluyendo fiestas particulares.
Aquel día se celebraba una posada para niños en condiciones difíciles de la ciudad, organizada por varias personas que se unieron para apoyar con los gastos y así poder ayudar a que los pequeños pudieran tener una Navidad memorable.
Todo marchaba bien, niños y jóvenes subieron al salón en donde comúnmente se realizaban eventos de box y lucha libre, incluso ese día se taparon las graderías con cortinas grandes.
Como en toda historia, hay varias versiones de cómo se originó el fuego, sin embargo, lo que bomberos reportaron es que al parecer una de las cortinas se incendió y como el piso era de madera las llamas se esparcieron en cuestión de minutos.
Hay otras versiones que aseguran que a raíz de una pelea, el árbol de Navidad cayó y debido a las extensiones de luces ocurrió un cortocircuito.
Ese hecho habría provocado que los asistentes intentaran salir rápidamente del salón, por una angosta escalinata, por lo que cerca de 44 personas, la mayoría niños, perdieron la vida y otros 90 resultaron lesionados.
“Aquí, aquí pusieron los cadáveres (calle Mutualismo), uno por uno, se hacían las pilas de personas, muchos de ellos los cuerpecitos de niños, la verdad que fue algo terrible”, dijo uno de los residentes más antiguos de la Zona Centro, quien recuerda aquel funesto hecho.
La noticia impactó tanto que periódicos de San Diego también dieron cuenta en sus portadas, además de que circuló a nivel nacional, por tratarse de una tragedia en una posada navideña, donde los afectados eran niños que no tenían nada.
Debido a la dimensión del fuego, el cual fue captado por cámaras de la época, se creería que el lugar dejó de existir, pero no, actualmente se puede ver de pie ese enorme edificio y en lo más alto, se ven las letras descoloridas de El Coliseo.
Sin embargo, solamente la planta baja funciona, ahí están instalados varios comercios.
Uno de los comerciantes, José Luis, quien tiene su negocio justo abajo de donde ocurrió el incendio, informó que nunca le ha tocado ver una aparición, o escuchar ruidos extraños, pero se siente una presencia.
“Yo estaba un día en la bodega, allí había un costal y hacía ejercicio pegándole, hasta que un día me desesperé porque sentía que había alguien que me estaba mirando, entonces salí corriendo”, dijo.
Ese sentimiento parece ser colectivo, ya que los actuales inquilinos manifestaron que se siente una presencia abrumadora, inexplicable, la cual probablemente permanecerá por siempre, al igual que la historia de El Coliseo en la memoria tijuanense.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí