Continúan el legado de madre Antonia
En 1998 la Madre Antonia, conocida por su labor altruista con los reclusos de la Penitenciaria de La Mesa, fundó la congregación Siervas Eudistas de la Undécima Hora que hasta la fecha continúa con su obra caritativa.
A unas cuadras del reclusorio se ubica la Casa Campos de San Miguel, un inmueble de dos pisos color naranja que alberga a familiares de reclusos o a pacientes de enfermedades crónico-degenerativas que vienen a Tijuana para recibir tratamiento médico.
“Les ayudamos a entender que están ahí por un error que cometieron y que pueden superar si se comprometen a reivindicarse”, expresó la hermana Carmen Reyes.
El cariño y el trato humano cambian a cualquiera, agregó, permitiendo el surgimiento de una conciencia distinta en los internos y la motivación para superar las malas acciones que los llevaron a terminar en la cárcel.
“La Madre Antonia trabajó y dedicó gran parte de su obra a esta causa, también permitió que voluntarios colaboraran para darle un poco de bondad a la vida de estas personas”, indicó la hermana Judith quien coordina la congregación del lado estadounidense.
El trabajo de la congregación tiene un carácter binacional gracias a la labor que mantuvo la Madre Antonia en ambos lados de la frontera, a través de una red de voluntarios que se sumaron a la enmienda.
Las integrantes de la congregación auxilian a los internos con acompañamiento espiritual, apoyo económico, donación de medicamentos y en ocasiones extraordinarias en cubrir las fianzas menores de reclusos de nuevo ingreso.
La Siervas Eudistas invitan a la comunidad a sumarse a la recuperación integral de los reclusos, por lo que solicitan su colaboración donando material para manualidades, material de lectura educativo, cobijas, artículos de higiene personal y dulces.
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