Cabildo argumenta apatía en caso de Perrera de Rosarito

La apatía fue la justificación que resaltó durante la sesión del Cabildo de Rosarito en la que el tema del deterioro y abandono de la Perrera Municipal salió a relucir y de acuerdo con el regidor Arturo Granado ahora sí, en dos meses solucionará el problema.

En la sesión ordinaria celebrada la mañana de ayer, los ediles admitieron que el vandalismo se ha apoderado del sitio y que nada han hecho para revertir los efectos causados por éste.

El regidor y presidente de la Comisión de Salud, Arturo Granado, subió el tema al cuerpo edilicio y justificó la ineficiencia de la Perrera Municipal argumentando contradictoriamente que la delincuencia ha tenido su parte, para que la perrera llegara a este punto de quiebra, dejando a un lado que es precisamente el Gobierno Municipal el responsable por la seguridad de sus propios inmuebles.

Pidió en tono suplicante, que le dieran 2 meses para solucionar el problema aunque no ofreció detalle alguno de cómo lo logrará, pues sólo adelantó que ha conseguido “apoyos” para reparar jaulas y pintar el edificio.

La crítica por parte del alcalde Silvano Abarca se centró en que las cosas no se han hecho bien y que debe haber un responsable, culpando al encargado del área de no hacer bien su trabajo, y amenazó hasta con despedirlo.

Por su parte, la regidora panista Fátima Manríquez, dijo que las quejas ciudadanas están encaminadas en el hecho de que la captura de animales callejeros es discrecional, es decir, sólo se retiran de las calles a ejemplares de “raza” que pudieran tener un valor en el mercado, pues aquellos perros que no cotizan por estar desnutridos e infestados de garrapatas y pulgas son ignorados por las autoridades de Servicios Médicos Municipales.

El síndico Tomás de la Rosa, lamentó por su parte que no haya personal capacitado para atender el área de control canino y sugirió que lo mejor sería analizar la posibilidad de compartir con las asociaciones protectoras de animales, la responsabilidad de la perrera, pero al final nada quedó en claro.