Afectan talleres mecánicos a colonias
El 11 de marzo de este año por lo menos seis familias entre las calles Ingeniero, Contadores y Literatos de Otay Universidad estuvieron en peligro de perder sus viviendas por el incendio de un taller de carrocería y pintura.
Poco más de tres años antes, y mediante oficio dirigido a las autoridades municipales, se opusieron a su instalación preocupados por la contaminación auditiva y el peligro por el uso de solventes.
La carta, firmada por los afectados, fue entregada en agosto del 2012 a la Secretaría de Desarrollo Urbano con copia a la dirección de Administración Urbana y Subdirección de Control Urbano.
La queja no prosperó y el negocio, ubicado en el 223 de la calle Ingenieros de Otay Universidad, siguió operando incluso sin razón social o nombre comercial visible.
“Creemos que puede ser un negocio clandestino porque no tiene nombre y trabajan incluso hasta muy noche”, explicó una de las vecinas que prefirió omitir su nombre.
De mediano a grave
La instalación en zonas habitacionales de talleres mecánicos, de carrocería o mofles es un problema de mediano a grave, indicó el director de Protección al Ambiente Municipal.
De acuerdo a Gabriel Veytia Burgueño su control se hace difícil debido a la tolerancia de los residentes y la falta de personal, pues de las 17 personas que integran la dependencia solo tres o cuatro se habilitan para inspeccionar toda la ciudad.
“En las colonias se tolera porque es una facilidad llevarlos porque no cobran tanto, son situaciones que se toleran pero se salen del ámbito municipal en su regulación si el ciudadano no denuncia”, dijo.
La Dirección de Protección al Ambiente Municipal (DPAM) tiene facultades para clausurar y multar a quien viole los reglamentos, abundó.
De acuerdo a Veytia Burgueño la dependencia recibe en promedio de 20 a 25 denuncias al año y una parte importante es por conflictos de vecinos por obstruir el estacionamiento, derramar líquidos o dejar trapos contaminados.
“Si el uso de suelo es habitacional no puede haber un taller”, aclaró.
Pero debido a que muchos están instalados en casas habitación la clausura es parcial y la invitación es a que muden el negocio a una zona comercial.
Clarisa Vega Almada, jefa del Departamento de Auditoria y Gestión Ambiental en la DPAM, abundó que en lo que va del año hay por lo menos seis denuncias formales en contra de talleres instalados en zonas habitacionales.
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