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El Imparcial / Tijuana / San Diego

Dan la mano asociaciones religiosas a migrantes

Dan la mano asociaciones religiosas a migrantes

“El proceso no empieza aquí en Tijuana, todos venimos de diferentes países y cada uno de nosotros tiene una historia que contar”, dijo Armstrong Anyong, mientras espera que le entreguen un “pase” en las oficinas del Grupo Beta con el cual podrá acceder a Estados Unidos.



“Fui testigo de la muerte de uno de mis hermanos de Camerún, murió en el bosque”, agregó el joven de 23 años al recordar su paso por Panamá rumbo a esta ciudad fronteriza.



Armstrong, quien ha sido víctima de robos y asaltos durante su paso por siete países de América Latina, es uno de los miles migrantes que han arribado a la región en los últimos meses para buscar asilo político en la Unión Americana.


Su historia, así como las de otros originarios de Ghana, Haití, Congo y Somalia, cobró notoriedad a finales de mayo cuando decenas de migrantes quedaron varados en la garita de San Ysidro en espera de ser recibidos por autoridades estadounidenses.



El problema continúa y son las asociaciones religiosas de ambos lados las fronteras las que les han brindado la mano para evitar que deambulen por las calles mientras se define su solicitud de asilo político.



La odisea



Armstrong Anyong,originario de Camerún, salió de su país rumbo a Ecuador, donde contrató a un grupo contrabandistas para que lo llevara a Colombia.



“Debo confesar que fue bastante arriesgado y peligroso, porque la mayoría de las cosas que tenía de valor me las robaron”, manifestó.



La siguiente escala fue Panamá, a donde llegó luego de atravesar una jungla, en la cual varios compañeros de viaje, entre ellos un hermano, murieron en el intento.



Recordó que a pesar de pagar al contrabandista entre 50 a 150 dólares por cada viaje, los migrantes pasaban días sin comer y enfrentaban robos y asaltos, algunos realizados por las mismas autoridades.



En el recuerdo de Armstrong está que atravesó por desiertos, selvas y ríos hasta llegar a Guatemala y de ahí a la frontera mexicana en Chiapas, donde obtuvo un permiso para estar tres meses en el territorio nacional.



“Estuve siete días esperando el pase, todo depende de qué país vienes, para los de Congo, Ghana, Haití, solo es un día para salir”, dijo.



Cuando finalmente lo liberaron, tomó un autobús junto con otros de sus compañeros hacia esta ciudad, donde nadie lo esperaba.



“No sabía que cuando llegas aquí hay muchos procedimientos para entrar a Estados Unidos, llegamos y no conseguimos el pase”, puntualizó.



Durante su estancia en la ciudad, Anyong durmió en el Desayunador Padre Chava, donde se dio cuenta de la cantidad de sus connacionales que se encuentran en la misma situación.



En su caso, al llegar con las autoridades y explicar su situación, indicó que no le creyeron.



“Pienso que deberían tratarnos de manera justa porque se necesita coraje y valor para pasar por lo que pasamos, no puedo vivir allá y elijo hacer esto”, expresó.



Posibilidades de asilo



El delegado del Instituto Nacional de Migración (INM), Rodulfo Figueroa Pacheco, mencionó que quienes llegan a la región difícilmente obtendrán el asilo político por parte de las autoridades norteamericanas.



“Las figuras del asilo son de excepción, son políticas para personas en situación de emergencia y acreditar esa situación en las circunstancias en las que estas personas se encuentran en muy complicado”, destacó.



Agregó que el arribo masivo de migrantes no representa una situación de emergencia, declaración que contrasta con la que tienen los encargados de los albergues que los atienden.



Como otras asociaciones civiles, el desayunador Padre Chava y la Casa del Migrante vivieron una situación caótica cuando arribaron los grandes grupos de migrantes a finales de mayo y principios de junio.



“No siendo nosotros un albergue, entraban 150, 200, había que habilitar lugares con colchonetas, y así fue, poquito a poco nos organizamos”, dijo el encargado del desayunador, padre Jesús Aranbarri Echaniz.



El sistema que establecieron pudo desahogar el flujo en los albergues y permitió agilizar los trámites frente a las autoridades de migración.



“La verdad es que nosotros no sabemos lo que nos espera”, apuntó con relación de que el arribo de personas continúe.



El encargado expresó que existe la posibilidad de que algunas compañías de transporte privado saquen provecho de la situación de los migrantes que necesitan llegar a Tijuana desde Tapachula, escenario en el que coincidente las autoridades de migración.

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