Participan en lavado de pies hombres, niños y mujeres migrantes

Niños, hombres y mujeres participaron en el lavatorio de pies que se llevó a cabo en la Casa del Migrante.

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El lugar que reconforta a cerca de 90 personas se llenó de paz al escuchar las palabras del padre Patrick Murphy, director de la casa.

“Hermanos, en la última cena Jesús se puso a lavar los pies de los apóstoles diciendo que también deben ellos de lavar los pies los unos a los otros, eso es lo que estamos conmemorando”, dijo el padre Murphy.

Antes de comenzar con el proceso de lavatorio detalló que en la Casa del Migrante siempre se lavan los pies.

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“Aquí en la casa lavamos los pies todos los días, que llegan aquí lo que hacemos por ellos simbólicamente es lavar los pies, los servicios que damos pero existe un problema, lo que hacemos no es suficiente, necesitamos más manos, pero el Gobierno no está listo para lavar los pies”.

Falta apoyo

Refirió que mucha gente que trabaja en el Gobierno no sigue el ejemplo de Jesús, sino el de Poncio Pilato, lavando las manos de la responsabilidad.

“Nosotros estamos con las puertas abiertas, pero hay muchas casas pequeñas que no tienen frijoles y arroz todos los días para darle a la gente”, dijo el padre.

Una vez terminado el acto representativo, el padre Murphy agradeció a los asistentes, e invitó a que en lugar de gastar en conejitos de chocolate se gaste en llevar una bolsa de frijoles y arroz a otras casas de migrantes.

Pablo César Orozco, originario de Guatemala, es un migrante que fue acogido por la casa; tiene en Tijuana tres años y fue parte del acto representativo del lavatorio. Comentó que se tuvo que mover para encontrar una mejor condición de vida.

“Le doy gracias a Dios, se siente bien, estoy feliz, aunque yo soy de la iglesia adventista pero cuando Dios le lavó los pies a sus discípulos nos estamos sirviendo a encontrar a un Dios que nos da vida”.