Presencian 64% de ciudadanos crímenes en Tijuana

Tijuana, B.C.- Más de la mitad de los tijuanenses ha sido testigo de algún delito de alto impacto en la ciudad, lo que de acuerdo a especialistas existe el riesgo que se normalice la violencia en la sociedad.

De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi, el principal delito de los que son testigos los residentes de la ciudad está relacionado con disparos de arma de fuego.

Los datos estableces que al menos el 64% de la población ha sido testigo de un hecho de esta naturaleza, siguiendo en segundo lugar los robos o asaltos con un 58.6%.

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La normalización

Se ha normalizado la violencia incluso hasta una desconexión emocional ante los homicidios de la ciudad, declaró Héctor Iván González Garza, Psicólogo Clínico.

“Ante los asesinatos se ha generado una falta de empatía hacia los demás personas que pasan alguna situación cercana por asesinato, por lo que se genera en el cerebro mecanismos de defensa para afrontar esos tipos de eventos”, expuso.

Subrayó que el presenciar la muerte es difícil para cualquier persona, pero cuando es una situación en la que hubo violencia y un niño lo observo puede generar un trauma, miedo, ansiedad.

“Los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos en los distintos ambientes, tanto los que llamamos buenos como los que décimos malos como normalizar un asesinato”, aclaró.

González Garza añadió que la violencia una vez que se normaliza esto tiene por aumentar, como si la sociedad normaliza los asaltos sin violencia podría aumentar a un robo ahora con violencia, es un problema grave.

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Policiaca

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“Si un familiar muere de una forma violenta puede generar angustia, pensar que se puede repetir esa situación similar y esto puede dificultar el proceso de duelo, provocando un deseo de venganza o de miedo y ocasionando que el proceso natural de duelo se obstruya”, concluyó.

Por su parte, José Fernando Sánchez González consideró que es un tema de análisis profundo que se debe de tener en la sociedad, ya que la ciudad tiene una problemática social en la violencia desde hace 30 años.

“Esto se genera por la venta de la droga, el tráfico de personas de manera ilegal y esa violencia se ha normalizado o asimilando como parte de nuestra vida social”, argumentó.

Detalló que se debe de trabajar desde la educación, valores a los hijos, niños y jóvenes para tener una cultura diferente.

“Los homicidios es algo que aqueja a la ciudad por la lucha de la venta de la droga al menudeo en nuestras calles, esto es ocasionado porque tenemos mucha gente que la consume y es ahí donde se debe de trabajar”, expuso.

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Sánchez González añadió que el consumo de las drogas generan un daño en el cerebro, cuerpo y en el sistema social.

“No se debe normalizar las actividades negativas y tener cultura de prevención”; finalizó.

Atención psicológica

Asimismo, Roberto Quijano Sosa, Presidente del Consejo ciudadano de seguridad pública, declaró que es un reto grande que la gente normalice la violencia, puesto que las próximas generaciones no crezcan en un ambiente complicado de narco corridos, violencia familiar o drogadicción.

“Esto es porque la ciudad tiene enormes retos para que los jóvenes o niños en la actualidad en cinco a 10 años adquieran un compromiso con la comunidad y se haga una mejor Tijuana”, manifestó.

Señaló que el tener mejor vestimenta, más dinero, mejores cosas y en poco tiempo provocan la normalización de la violencia.

Por otro lado, Bibiana Jiménez Ramírez, coordinadora de UMAS (Unidad Municipal de Apoyo social), explicó que la perdida de un padre o de una madre no saben a donde acudir, se sienten tristes o enojados por las partes de las etapas del duelo.

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“Nosotros al llegar y brindar una atención en la perdida de un familiar los canalizamos para que reciban la atención psicológica posterior a la perdida”; expuso.

Añadió que es normal expresar el llanto, pero no debe de transcurrir mucho tiempo el duelo, se va aprendiendo a vivir con el dolor, el que se conozca la información ocasionará entender lo que se está viviendo.

“Cuando se pierde un familiar de forma violenta es distinto a verlo fallecer por una enfermedad, puesto que ahí te vas preparando y en lo violento te avisan que de repente ya no está contigo”, aclaró.

Jiménez Ramírez enfatizó que el nivel de la crisis es diferente en cada persona, hasta que ellos no llegan con los familiares saben como realizar la intervención para ayudarlos.