Madre e hijo comparten su amor por la música
Para ambos, la música es una forma de vida que ha fortalecido su relación.
Tijuana, BC.- En cada acorde y cada nota, Sarahí Contreras y su hijo Gabriel Contreras han encontrado una manera única de fortalecer su relación.
Aunque nunca han compartido el escenario, su amor por la música los une de una forma especial: Como espectadores y mayores admiradores el uno del otro.
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Sarahí, de 31 años, toca el bajo eléctrico, mientras que Gabriel, de apenas 10 años, domina el piano y la flauta.
Lenguaje de amor y apoyo
En su hogar, la música no es solo un pasatiempo, sino una tradición familiar. Tíos, primos y su madre han cultivado este arte, convirtiéndolo en un lenguaje de amor y apoyo.
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“Es muy bonito ver cómo él se preocupa porque las cosas le salgan bien. Escucharlo en casa practicar una y otra vez su canción es algo que me llena de orgullo”, compartió Sarahí.
A pesar de no estar físicamente en la misma habitación cuando Gabriel ensaya, ella escucha atentamente desde la cocina o la sala, reconociendo en cada repetición su esfuerzo y dedicación.
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Apoyo materno
Para Gabriel, el apoyo de su madre es fundamental. Aunque admite que enfrentarse al público puede ser un reto, la seguridad que le brinda saber que ella está ahí, entre el público, hace que su miedo se transforme en determinación.
“Cuando mi mamá me ve tocar me pongo un poco nervioso, pero cuando yo la veo a ella en el escenario me siento feliz”, expresó.
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Los profesores de Gabriel han destacado su gran talento musical. Su facilidad para aprender y su sensibilidad con el piano han hecho que resalte entre sus compañeros.
Trabajan una canción juntos
Aunque aún no han compartido una presentación, Sarahí y Gabriel ya están trabajando en una canción juntos.
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“Por supuesto que me gustaría tocar con él. Nos está costando trabajo sacarla, pero lo importante es el reto y que él sienta que lo estoy acompañando en este proceso”, señaló Sarahí.
Para ambos, la música es más que una actividad extracurricular. Es una forma de vida que ha fortalecido su relación, enseñándoles disciplina, constancia y, sobre todo, la importancia de estar el uno para el otro.
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El amor por la música, una huella imborrable
Sarahí expone que quizá en unos años Gabriel decida tomar otro camino, pero que su madre siempre estará segura de que el amor por la música y el esfuerzo que han compartido quedará como una huella imborrable en su historia.
“Espero que su vida sea larga y bonita. Soy una mamá muy afortunada de tenerlo”, concluyó Contreras.
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