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Duelo

Leo y escucho que en México vivimos una etapa de “polarización”

Leo y escucho que en México vivimos una etapa de “polarización”. De manera literal la situación sería que los mexicanos asumimos una posición lopezobradorista o antilopezobradorista. A favor o en contra de las políticas impulsadas por Andrés Manuel López Obrador. El fiel reflejo de esta situación se estaría dando en las redes sociales.

A raíz de la llegada al poder de AMLO se ha dado un giro radical en la política de comunicación de Presidencia de la República. Las conferencias de prensa mañaneras establecen las pautas para la discusión del día. AMLO fija la agenda política de nuestro país. Pero además, el estilo personal de gobernar, es radicalmente diferente al de los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa o Enrique Peña Nieto. En primer lugar porque las conferencias de prensa fueron prácticamente inexistentes. A lo mucho, Presidencia entregaba a los medios comunicación boletines de prensa que estos difundían de manera expedita. No había discusión pública: el gobierno establecía la agenda de comunicación de manera unilateral. Los medios se convirtieron en correas de transmisión de la posición gubernamental sobre los asuntos públicos y para ello se empleaban cuantiosos recursos disfrazados o no de gastos en publicidad.

Los llamados “contrapesos” de la sociedad civil se encuadraban en los partidos políticos. Quienes no aceptaban la mediación política eran excluidos de la representación y confinados a la marginalidad. La intensificación en el uso de redes sociales vino a transformar esa dinámica.

El gobierno de AMLO rompió esos moldes convencionales. La comunicación diaria y directa y el contestar directamente cuanto cuestionamiento se le hace, también significó que el nuevo gobierno no iba a quedarse callado no solo frente a lo que se dice por las mañanas sino también en las redes sociales.

La llegada de AMLO a la Presidencia de la República provocó una fuerte reacción en ciertos sectores intelectuales y periodísticos. Desde los medios tradicionales (televisión, radio y prensa escrita) iniciaron una verdadera cruzada contra el “populismo lopezobradorista”. Idealmente, AMLO y los miembros del gabinete deberían aguantar cuanta crítica basada en hechos reales o inventados les endilgan estos intelectuales y periodistas que se han autonombrado representantes de la sociedad civil y por tanto conocedores de todos los temas. Para que no haya “polarización” exclaman, AMLO en lugar de contestar y descalificar debería “poner la otra mejilla”. Sobre todo, dicen, porque tienen la razón. Son los verdaderos “contrapesos”. En el fondo, me dice una psicóloga experta en estos temas, el problema es que no han “Superado la pérdida”, “No han llevado a cabo su trabajo de duelo”, “Eso lleva tiempo”. Perdieron la Presidencia de la República fuente de sus riquezas y de ahí sus reacciones: se encuentran entre la negación y el coraje. Tienen la esperanza de que el sexenio termine antes y que todo haya sido un mal sueño.

*- El autor es Director del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte.