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El espectacular incendio de 1945

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, dos seguían siendo las atracciones favoritas de los habitantes de esta frontera: las peleas en la vía pública y los incendios.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, dos seguían siendo las atracciones favoritas de los habitantes de esta frontera: las peleas en la vía pública y los incendios. Según el Calexico Chronicle del 18 de junio de 1942, se afirmaba que la gente de todas las naciones era igual: “El gran incendio de anoche en Mexicali fue el centro de atención de miles de curiosos hasta que alguien lanzó el conocido grito de "¡Lucha! ¡Lucha!", un grito reconocible en cualquier lengua, y la multitud se olvidó de todo el fuego, los daños, el peligro para los edificios adyacentes, y con un acuerdo común se dirigió hacia la dirección de la mayor atracción. En menos tiempo del que tarda en contarse, el fuego había perdido a sus clientes y únicamente dos niños pequeños quedaron como su público”.

Pero ¿de qué incendio se hablaba?, ¿cuál era el fuego que atrajo a tantos? En ese mismo número se consignaba: “Un incendio descrito como el peor que Mexicali ha tenido en más de 10 años redujo anoche a cenizas la vieja cervecería Azteca a orillas del río Nuevo mientras los camiones de bomberos de los departamentos de Mexicali y Caléxico se mantuvieron impotentes, incapaces de obtener agua por falta de presión en los hidrantes. La alarma sonó justo antes de las 6:00 p. m. y el equipo de Caléxico se apresuró a las llamas que estaban consumiendo rápidamente la estructura de cuatro pisos ahora utilizada por la compañía cervecera de Mexicali como un almacén. El fuego se extendió rápidamente desde la parte de cuatro pisos de la antigua fábrica de cerveza al almacén contiguo donde cerveza embotellada, sacos de malta y otros materiales fueron almacenados. El edificio se utilizaba como punto de distribución de los productos de la cervecería de Mexicali, y en la sección del almacén refrigerado había un gran suministro de cerveza embotellada y en barril”.

Visto lo anterior, puede pensarse en cuántos mexicalenses no vieron la pérdida de tantos barriles de la bebida ambarina como un desastre personal. Pero este incendio era apenas un preparativo de la gran conflagración que se daría pocos años más tarde, como lo reportaba el Chronicle del 27 de septiembre de 1945, dando a conocer que las pérdidas cuantificadas llegaban a los 20 millones de pesos. Y sí, de nuevo el epicentro del fuego se localizaba en la Chinesca: “Se cree que el incendio se inició en el techo del teatro Iris, el más antiguo de Mexicali, como resultado de un cortocircuito debido a un cableado defectuoso. El teatro da a la avenida Reforma, está junto al conocido callejón chino que atraviesa el centro de la manzana incendiada. El único camión de bomberos de la ciudad se estrelló contra la tienda La Moctezuma en la esquina de Reforma y Altamirano, por lo que la conflagración no se detuvo hasta que el departamento de bomberos de Caléxico respondió a los frenéticos llamados y envió el equipo de bomberos de esta ciudad. En toda la manzana -limitada por la avenida Reforma al norte, Juárez al sur, Altamirano al este y Azueta al oeste- sólo los edificios del extremo oeste de la manzana fueron salvados. Todo lo demás quedó completamente destruido, incluidas las existencias de mercancías y comestibles valoradas en millones de pesos. Todos los restaurantes y tiendas del famoso callejón chino, en el que se encontraban populares establecimientos de comida china de reputación internacional, fueron arrasados”.

Entre los establecimientos comerciales y tiendas que quedaron completamente destruidos en el incendio estuvieron la Botica Moderna, La Moctezuma. La Estrella de Oriente, La Tienda del Valle. La Carnicería Pacífico. La Bodega, el teatro Iris. Tienda de ropa americana, la Botica Cruz Blanca, El Modelo, El Buen Precio, el restaurante La Nueva Vida, el mercado de carnes Nueva York, el bar El Maguey y la iglesia metodista, entre muchos otros.

Ante la gravedad de las pérdidas, las autoridades mexicanas decidieron hacer algo al respecto. El 11 de octubre de 1945, el Chronicle avisaba que: “Mexicali tiene ahora una medida de protección contra incendios. Un camión de bomberos reacondicionado, utilizado anteriormente en Los Ángeles, ha sido prestado para ser utilizado en Mexicali hasta que esa ciudad reciba la entrega del nuevo equipo de bomberos que se ha pedido”. El incendio de 1945 fue un aviso para cambiar la forma urbana de nuestra ciudad, para evitar el hacinamiento de edificios, para imponer materiales menos inflamables. Pero, de nuevo, pocos hicieron caso.

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