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Incertidumbre con examen en UABC

El examen de admisión a la Universidad Autónoma de Baja California inició esta semana en todo el estado

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El examen de admisión a la Universidad Autónoma de Baja California inició esta semana en todo el estado. Los alumnos interesados tenían dos opciones para presentarlo: de manera presencial, es decir, en un aula para hacerlo enfrente de algún maestro, o por internet, utilizando una computadora y trabajando solo desde la casa. En ambos casos la universidad se comprometió a crear el ambiente ideal para que, dada la opción escogida por los aspirantes, se tuvieran las mejores condiciones para el éxito de la actividad. La UABC tiene la capacidad tecnológica y el personal docente necesarios, al menos eso creíamos, para asegurar el desarrollo de una actividad de esta altura. Los alumnos, por su parte, se dedicaron a prepararse haciendo cursos especializados o con sus propios medios, para llegar con la suficiente confianza de acreditar su admisión. Sabían de las consecuencias de intentar hacer trampa y cada quién actuó como quiso hacerlo.

En el caso de mi nieta, que se definió por la opción del internet, con tiempo preparó un espacio en nuestra biblioteca, organizó su computadora Laptop y esperó las indicaciones para iniciarlo. No tuvo ningún problema durante un tiempo contestando su examen, cuando, de improviso, se fue la señal y el sistema no le permitió seguir contestando, le borró respuestas y le indicó que tenía que comenzar de nuevo. El sistema digital proporcionado por la UABC no le dio opciones para informarles de los imprevistos (que siempre son en contra de los alumnos aspirantes) y le dejó un sabor amargo de haber fallado en su intento. Al siguiente día, la UABC envió un comunicado vía e-mail, estableciendo que había habido fallas en el sistema y que el proveedor de los servicios fue la clave para que esto sucediera. Por consiguiente, los alumnos fueron citados para hacer el examen presencial en otra fecha, cerrando de esta manera una actividad de la cual la UABC es la responsable y quién debió comprometerse y asegurar el buen desarrollo de las tareas planificadas. Es de suponerse que hizo un gasto financiero importante, y que lo que invirtió fue producto de acuerdos con instituciones externas que les aseguraron el buen funcionamiento del sistema. Sin embargo, no fue así, y obliga a los aspirantes a un nuevo ejercicio de examen, sin explicar si habrá consecuencias para quienes incumplieron su compromiso.

Esta actividad fallida que afectó a varios miles de estudiantes no debe pasarse por alto. Los jóvenes aspirantes que cumplieron cabalmente los requisitos para ser considerados deberían recibir alguna forma de disculpa. Mientras que, quienes no cumplieron con su compromiso laboral y echaron a la basura el esfuerzo físico e intelectual de los futuros alumnos de la universidad, deben ser investigados formalmente y fincarles responsabilidades. El enorme estrés por la incertidumbre de hacer un examen implica, también, una presión enorme que debe ser manejada de manera inteligente y que finaliza cuando el examen termina. Ahora, dada la incapacidad de la UABC para proveer de un exitoso sistema digital, el sufrimiento de los estudiantes continúa. Tendrán que agregarle al Covid-19, la incapacidad de los proveedores y de la universidad por la perfección. Vale.         

* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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