La estrella de Belén y la conjunción de planetas
En los últimos días la noticia del avistamiento de un fenómeno astronómico, que podría ser análogo al de la estrella Belén, ha estado circulando en las redes sociales y los medios de comunicación.
Las conjunciones
En los últimos días la noticia del avistamiento de un fenómeno astronómico, que podría ser análogo al de la estrella Belén, ha estado circulando en las redes sociales y los medios de comunicación. En realidad lo que ocurrirá del 16 al 21 de diciembre es que habrá una conjunción entre dos planetas: Júpiter y Saturno. Esta conjunción implica que ambos planetas parecerán, a simple vista, como un solo punto que se ve más brillante en el cielo, el cual será visible, en Ensenada, hacia el suroeste unos minutos después de que se oculte el Sol y solo por una media hora aproximadamente; desafortunadamente habrá luz de Luna lo que dificultará observar la conjunción.
Aunque en las conjunciones los planetas se ven muy cercanos, en realidad siguen estando a millones de km unos de los otros. Las conjunciones entre planetas son bastante comunes y ocurren porque estos, y en general todos los objetos del sistema solar, se mueven alrededor del Sol a diferentes velocidades, cerca de una misma línea imaginaria en el cielo llamada eclíptica. Sin embargo, esta conjunción de Júpiter y Saturno es bastante rara, primero por la fecha cercana a la Navidad, segundo porque estos brillan tanto que se ven a simple vista y tercero porque se verán bastante cercanos, alrededor de 0.1 grados (la Luna llena mide 0.5 grados). La próxima conjunción con estas características será visible en 2080, así que muchos ya no alcanzaremos a verla, ¡aprovechemos ahora!
La estrella de Belén
La referencia a la estrella de Belén se encuentra en el Evangelio según San Mateo (Mt. 2,2), y aun sabiendo que la Biblia no es un libro histórico, trataremos de abundar un poco en una posible descripción de lo que ocurrió según San Mateo, justo después del nacimiento de Jesucristo, desde el punto de vista astronómico. En primer lugar se habla de unos magos, en otras traducciones dice sabios, que venían de oriente y se presentaron en Jerusalén. Ahora bien, Jerusalén está prácticamente a la misma latitud que Ensenada, si la estrella de Belén a la que se refiere la Biblia fuese una conjunción de planetas como la que veremos este diciembre, sería visible hacia el suroeste, los magos debieron provenir desde el noreste, es decir, desde Turquía, Siria, el norte de Irak o Irán, no de áfrica como mencionan algunas tradiciones. Por otro lado, si la estrella de Belén fue la más brillante como corresponde a tal acontecimiento, la conjunción debió haberse producido en conjunto con Venus que es el planeta más brillante del cielo nocturno, quizá una triple conjunción Venus-Marte-Júpiter.
Continuando en el Evangelio (Mt. 2, 2), los magos se presentaron en Jerusalén diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”. Esto implica que los magos no podían llevar más de unos pocos días de viaje, pues las conjunciones desaparecen pronto. A juzgar por esta pregunta, parece que los magos habían dejado de ver la estrella, puede ser que la conjunción desapareciera, o que tal vez las condiciones del cielo no permitían verla. Después de esto, seguramente hubo un gran revuelo entre los sabios de Jerusalén, quienes indicaron que el Mesías debería nacer en Belén. En Mt. 2,10 se cita que: “Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría”. Esto podría significar que la estrella de Belén volvió a aparecer en el cielo, lo cual es incompatible con la idea de que dicha estrella era el producto de la misma conjunción de planetas, quizá pudo deberse a una segunda conjunción, en tal caso serían “dos” estrellas de Belén.
Por lo ya mencionado, se antoja muy complicado que la estrella de Belén haya sido en realidad una conjunción de planetas como la que veremos en este mes. Sería más probable que se tratara al menos de dos conjunciones separadas por unos pocos días, ya que Belén está a unos 8 km al suroeste de Jerusalén, dirección en la cual se pudo haber presentado otra conjunción.
Otras ideas al respecto manejan la hipótesis de un cometa o una nova (estrella explotando) para explicar lo que ocurrió en Israel alrededor del año cero. De cualquier manera reconozco que esta conjunción tiene un “sabor” especial, y para nosotros los que vivimos en Ensenada es una gran oportunidad de voltear un poco al cielo y dejar de pegar la mirada en todo lo que ocurre en la Tierra.
Por cierto, en la antigüedad, a los planetas se les conocía como “estrellas errantes”, pues se movían en el cielo nocturno con respecto a las otras estrellas. Si usted tiene la fortuna de poder observar el cielo nocturno en un lugar oscuro y despejado podrá apreciar que los planetas se distinguen a simple vista de las estrellas porque la luz de estos no titila (al menos no tanto), pero eso es otro tema.
Instituto de Astronomía, UNAM
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