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Marina

Carta abierta a la gobernadora electa del brazo poderoso de México: Baja California.

No tengo el gusto de conocerte, mi única referencia son los medios que han cubierto tu acelerada carrera y tu matrimonio con Carlos, un personaje que conozco bien y que ha demostrado amor genuino por Baja California.

Marina, BC no sobresale, no ha dejado el hoyo profundo en donde ha estado los últimos 30 años. Si no fuera por los empresarios y los trabajadores valientes que han entregado todo por venir a esta tierra, el estado pareciera solamente ser botín de imbéciles y corruptos que han hipotecado el futuro de millones con su incompetencia al no abordar de frente los retos de infraestructura, movilidad, seguridad y, especialmente, en desaprovechar la ubicación geográfica envidiable. Carajo, somos vecinos de California, el estado más fuerte de la nación más poderosa del mundo. ¿Por qué ha sido tan mediocre la visión de nuestros políticos sobre este tema?

Soy injusto si no reconozco la labor de buenos funcionarios y políticos, pero no diré nombres para no cometer algún error de omisión, lo que sí te puedo asegurar que estos son personas que hanidomásalládesuspartidosydesusinteresespersonales,es más, hasta me atrevo a asegurar que todos tienen un patrón de trabajo que más o menos va así: tienen una visión clara, convocan a todos, buscan a los que faltan y les consultan también, promueven la construcción de un camino consensuado, fijan metas específica, reparten tareas, motivan y dan seguimiento con apertura y comunicación.

En cambio, los mediocres (como muchos de los que hoy cobran y despachan como funcionarios de primer nivel) son sumisos, serviles y trabajan para la gracia y placer del ejecutivo en turno sin importar si éste está en el error, la opacidad o en la sospecha criminal.

Sin rollos, Marina, no hay pretextos ni excusas, cuentas con edad, frescura, experiencia, equipo y algo clave para promover la unidad de la gente con sentido maternal. Siempre lo he dicho: a México le hace falta una mamá política, una mamá en el sentido amoroso y de protección, una mamá que a veces castiga con amor, pero para rectificar, no para vengar ni burlar. Hoy los gobernantes hacen eso: se burlan, dividen y cobran venganza. Tencuidado Marina, ten mucho cuidado, no es momento de huesos ni concesiones basadas en ideologías; es momento de unir y montarnos en un tren de alta velocidad que se llama competitividad sin olvidar el rezago y a los más necesitados, sería muy triste un viaje sin todos a bordo y ahí está el gran reto. No tenemos tiempo Marina, el estado está bañado en sangre, las empresas están débiles, el fenómeno migrante está desatendido, las adicciones están destruyendo a las familias, las inversiones se están yendo a otros lugares, el caos vehicular ya es peligroso, ambos mares están desaprovechados, las escuelas cayéndose y no existe una política clara para el cuidado al medio ambiente. Te “vendiste” como la más capaz y te compramos, ahora te toca cumplir porque tendrás todo para hacerlo: un congreso a favor, recursos económicos enorme y armas para combatir al crimen. Tienes todo, nomás te hace falta hacer equipo y el equipo es Baja California, no sus funcionarios.

*El autor es Director de Testa Marketing, investigación de mercados.

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