Saber ganar y saber perder

¿Cuál es el siguiente paso personal de cada cual después de unas elecciones? Es saber ganar y saber perder. Grande es el que recibe el triunfo con humildad, y grandes lo son también los que reciben la derrota con madurez.

Las sociedades que viven con los principios de la democracia son mejores sociedades y sus individuos viven mejores vidas. Una prueba de la lealtad a la democracia es aceptar la voluntad de la mayoría de los ciudadanos que cumplieron con su responsabilidad de salir a votar. Ahora se presentarán tiempos que requerirán de entendimiento y humildad para que transitemos nuevamente a la cohesión social en la mejor de las tranquilidades.

Y no cabe duda de que el compromiso es muy grande. El próximo gobierno tiene que ser inmensamente mejor que los gobiernos que han criticado ampliamente los vencedores. Tendrán que poner todo su empeño en defender a la gente, oírla y abrirle espacios para la participación ciudadana. En Tijuana, los gobiernos siempre han contado con ciudadanos dignos a los que no siempre se les ha hecho caso. Hay que trabajar juntos, en serio, para contribuir al desarrollo de nuestro estado y municipios, aportando todos a la construcción de un mejor lugar para vivir.

El “carro completo” ganador tendrá que saber ganar; y el “carro completo” perdedor tendrá que saber perder. Vivimos en una sociedad en la que todos quieren ganar y triunfar, olvidándose de la importancia de saber competir, siendo justos y honestos. Debemos saber actuar tanto en la victoria como en la derrota y comportarnos siempre con respeto hacia nuestros rivales. Es nuestro deber transmitir a las nuevas generaciones que lo importante de la participación es ejercer la democracia. En todas aquellas acciones en las que tenemos que competir, debe de saberse, siempre habrá un ganador y un perdedor. 

En política, en la vida, en el deporte, saber ganar y saber perder es importante. Y aceptar las reglas del juego, también. Con ánimo democrático, no hostil ni revanchista. La esencia de la democracia no es solo que gobierne o decide quien tiene la mayoría, sino que esta siempre tiene que respetar a la minoría. Y a la inversa, cuando alguien logra menos votos tiene el derecho a pedir que se le tenga en cuenta, pero sin deslegitimar ni boicotear a quien ha ganado.

Ya tenemos resultados, ya sabemos quiénes nos gobernarán. Se debe de dejar a un lado la polarización y ser generosos tanto en el triunfo como en la derrota. Esta actitud nos llevará a volver a mirar los colores de México, por encima de los colores partidistas.

Los ciudadanos debemos de volver a apoyar de nuevo; por lo pronto, evitando la desunión de la sociedad, sobre todo en las redes sociales, donde se siembran expresiones duras e intolerantes, de gente que no entiende nada de la sociedad y sus quehaceres. La paz se construye día a día, con el respeto al otro, al que piensa distinto, al que es distinto.

* El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y coordinador de Tijuana en Movimiento.