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Sociedad indiferente.

La palabra indiferente es el término de uso más extendido para dar cuenta de aquel individuo que se caracteriza por no demostrar gusto o inclinación por nada, o en su defecto a aquel que sobresale por no demostrar cariño o interés respecto de otra persona o de algo específico; cuando recibimos como sociedad un zarpazo de indiferencia de algún o algunos ciudadanos, sus garras nos producen heridas dolorosas.

Hace algunos días me enteré en las noticias que una mujer de nombre Guadalupe, quien contaba con 56 años de edad,  se desmayó en la estación Tacubaya del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro. En la Ciudad de México, permaneció en las instalaciones por tres horas sin atención médica, fue sacada a la intemperie, permaneció 26 horas y finalmente falleció.

Según información publicada en las redes sociales posteriormente, cinco elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PIB) trasladaron a la mujer en una camilla a la oficina del jefe de la estación, que por cierto es otra mujer, donde permaneció sin recibir atención médica adecuada;  finalmente, los elementos policíacos la llevaron a la entrada de la estación "a rastras y semicargada, pues la mujer no se podía sostener por sí misma", refieren algunas notas.

También se supo que Guadalupe se quedó 26 horas tirada a la intemperie, fuera de la estación del Metro sin ayuda por parte de la sociedad, hasta que una ambulancia la llevó a la Clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde falleció tres días después.

El sindicato del Metro informó que la usuaria Guadalupe recibió atención el lugar por parte de paramédicos, quienes determinaron que se encontraba en estado etílico y aseguraron que eso no requería traslado a un hospital; ante tal evento, la jefa de estación fue cesada y los uniformados serán sancionados ante el Consejo de Honor y Justicia.

Este tipo de eventos no son exclusivos de nuestro país, pero en esta ocasión le toco a México; en el mundo diario mueren miles de personas en condiciones similares, sin importar si es un país subdesarrollado o de primer mundo, es un problema social mundial, vivimos en un mundo donde la empatía por el prójimo está desapareciendo, una sociedad, que nos enseña a pensar lo peor de una persona, a veces solo por su condición social o aspecto físico, si vemos a alguien tirado en el piso, pensamos que es un drogadicto, o un borracho, claro que es más cómodo pensar eso que mostrar preocupación por los demás.

No se trata de un país, sino de autoridades negligentes, se trata de sociedad, en un mundo globalizado, que día a día nos enseña lo peor del ser humano a través de los medios de comunicación.

Se perdió una vida, ¿a quién culpamos? ¿a los  cinco elementos de la Policía que trasladaron a la mujer; a los paramédicos que la atendieron y diagnosticaron que estaba ebria;  a la jefa de estación del Metro Tacubaya que fue cesada; o a la sociedad indiferente?

 

* El autor es Director de las Áreas Forenses del Instituto INJUS.

 

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