Visita comitiva la frontera

El ojo de la Comisión de Asuntos de la Frontera Norte de la Cámara de Diputados por fin se posó sobre Tijuana, en dónde la reapertura de las garitas terrestres a EU y las limitaciones por la pandemia han ocasionado verdadero caos vehicular, entre otros problemas. Ayer, una comitiva de 13 diputados federales visitó las instalaciones del Corredor Fiscal de Exportación de la Aduana de Tijuana para dialogar con representantes del CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) de EU.

El diálogo con los norteamericanos fue para exponer temas comunes, dijo la diputada tijuanense Evangelina Moreno, como primer paso para que los problemas binacionales ‘los jalen’ a las Cámaras, en donde por su naturaleza internacional corresponde atender. Sin embargo, dicen que sin recursos al final todo queda en mera simulación y buenas intenciones, por lo que el compromiso, dijeron, es que el amor se refleje en el paquete económico para el 2023.

Si bien el Municipio y el Estado han intentado llevar como pueden los problemas propios que la reapertura fronteriza y la ‘nueva normalidad’ han traído a la ciudad, dicen que es imposible que las cosas mejoren sin los recursos que a la Federación corresponde asignar. Pero no sólo abordaron temas de movilidad, también hablaron del tráfico de armas, mercancías y la garita Otay II.

En la reunión estuvieron, además de los funcionarios correspondientes, la iniciativa privada (Index, Canacintra, Canaco) y organismos civiles: el CDT y transportistas, quienes por cierto fueron unos de los principales pujantes para la solución del problema de los cruces fronterizos, pues son de los más afectados por el tráfico ocasionado.

La visita de la comitiva de la Comisión de Asuntos de la Frontera Norte dicen que es un primer paso importante, pero ahora hay que esperar a ver si hay acciones; ese fue el compromiso al final del encuentro: tendrán 30 días para emitir recomendaciones para el gobierno federal y gestionar los recursos necesarios. Habrá que estar atentos.

Carnaval en vilo

Hace unos días el Presidente Municipal de Ensenada, Armando Ayala Robles, presentó un punto de acuerdo relativo a autorizar, o no, el tradicional Carnaval de Ensenada, sin embargo, frente a la cuarta ola de Covid-19 y el cambio a naranja en el semáforo epidemiológico, todo apunta a que nuevamente será cancelado.

“Conscientes de la relevancia de este evento de todos las y los ensenadenses, así como la importancia de velar por la salud de la población y después de escuchar el sentir del pueblo, he decidido presentar este punto de acuerdo, a fin de que a través de las Comisiones que integran a este cabildo, se autorice o en su caso niegue, la realización del Carnaval 2022, tomando en consideración que nos encontramos frente a la cuarta ola de Covid-19 en Baja California”, expresó. Habrá que esperar ante esta nueva oleada de casos de covid ver qué decisión toma la autoridad municipal, que debe ir de la mano de los señalamientos

Atados de manos

La “chamaqueada” que les pusieron a los regidores de la oposición de Rosarito durante la primera sesión de Cabildo, en la que se repartieron las comisiones, parece ser que será su estigma durante todo el trienio, pues literalmente les ataron las manos para intervenir en los cambios y asuntos de trascendencia del gobierno. En una intentona por modificar las cosas, la regidora panista, María Ana

Medina, solicitó la integración de dos regidoras de su misma corriente para que formaran parte de la Comisión de la Familia la cual preside y que fueran nombradas vocales.

Pero la mayoría morenista enterró sus intenciones, las cuales buscaban en realidad abrir otras puertas, para que el bloque opositor pudiera formar parte de las otras comisiones que acapararon sus contrarios, pues si bien todos los ediles pueden participar en todas las comisiones, sólo pueden dar su opinión, pero no pueden votar.

Es decir, no importa lo que digan, al final solo cuentan los votos de quien preside la comisión, el secretario y el vocal, porque en todas ellas solo se asignó un vocal, aunque el reglamento especifica que puede haber más de ellos en las comisiones, pero como esta disposición les pasó de noche a los opositores, parece ser que no hay nada que hacer, sin importar cuánto griten y pataleen.

Lo grave de todo esto, es que cada vez las sesiones son más ríspidas y resultan por decir lo menos inútiles, pues la mayoría morenista hace y deshace a su antojo, sin importar el tema de que se trate, dicen algunos hasta de manera autoritaria.

Por supuesto, la política parece estar muerta.