Baja California debe trabajar para que sus vinos tengan una denominación de origen
Los vinos bajacalifornianos se distinguen por ser afrutados, que están muy bien cuidados con la madera, y un buen ensamblaje en nariz, con notas que pueden ser afrutados, especiados, tostados y ahumados.
Ensenada, B.C.- El representante de la Organización Internacional de la Viña y el Vino y también presidente de la Unión Española de Catadores, Fernando Gurucharri, reconoció la gran calidad de os vinos bajacalifornianos, sin embargo, consideró que se debe trabajar en una denominación de origen.
“Son vinos que cada vez tienen mayor personalidad y carácter, que hacen que sean unos vinos que van muy bien al mercado, en España a muchos catadores de alto nivel les sorprende y les agrada la existencia de vinos mexicanos porque son vinos de calidad que pueden competir en cualquier mercado”, expresó.
De acuerdo a la Secretaría de Economía, la denominación de origen, se entiende como el nombre de una región geográfica del país que sirva para designar un producto originario de la misma y cuya calidad o características se deban exclusivamente al medio geográfico.
La zona del Valle de Guadalupe y Santo Tomás
No obstante, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) es la máxima autoridad administrativa en materia de propiedad industrial en México, competente para emitir las declaratorias de protección de denominaciones de origen y autorizar su uso.
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“Es una zona importantísima con un gran potencial pero que hay que darla a conocer, la denominación de origen hay que trabajarla, aquí se dan muchos aspectos para poderlo hacer, pero hay que trabajar y aunar muchos intereses de productores y gubernamentales, pero yo creo que cuando algo se quiere y es beneficio para el sector, hay que conseguirlo", enfatizó.
En ese sentido, afirmó que la calidad es un concepto universal y que cada vez está más adaptado al aspecto cualitativo.
Eso sí, dentro de la calidad siempre hay una parte muy importante que son las características de la personalidad, lo que los franceses podrían llamar “torroir”, nosotros lo podemos llamar un paisaje, que acaba teniendo el reflejo de ahí donde se produce, las características de sus variedades hasta los suelos y la climatología”, manifestó.
Por otra parte, mencionó que, en la zona del Valle de Guadalupe y Santo Tomás, entró bodegas sumamente atractivas, no solamente por la calidad de sus vinos, también por el entorno.
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“Encontré bodegas con una preparación para el enoturismo impresionante, muy modernas, que cuidan el diseño y la imagen, tanto del entorno como del envase, hacen que el visitante se sienta en una experiencia lúdica maravillosa, el vino es una bebida para convivir y compartir, está muy bien que lo pongan en un escenario donde podamos disfrutarlo”, comentó.
El experto consideró que los vinos bajacalifornianos se distinguen por ser afrutados, que están muy bien cuidados con la madera, y un buen ensamblaje en nariz, con notas que pueden ser afrutados, especiados, tostados y ahumados.
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“Tienen esa nota mineralizada que muchas veces les transmite el suelo y en boca son vinos con bastante alcohol, pero no cálidos, frescos con una acidez muy buena y sobre todo una longitud en el final de bica que los hace muy placenteros al beber”, analizó.
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