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Drogas y celos causan homicidio de tres menores en Tijuana

Antes de asesinar a sus dos hijastros, Santiago, de 11 años y Rodolfo, de 9 y a su hijo Eimar, de 4, el parricida llamó a su esposa, quien se encontraba en una capacitación para entrar a la Guardia Nacional, para amenazarla que se las iba a pagar. 

Drogas y celos causan homicidio de tres menores en Tijuana

TIJUANA, B.C.- “Esta no te la voy a perdonar, me la vas a pagar”, fue lo que los habitantes de la privada Olvers, escucharon gritar a su vecino Eimar Ovalle mientras subía las escaleras rumbo a su departamento.

Minutos más tarde, la privada estaba repleta de patrullas y se enteraron de los hechos: Eimar fue encontrado sin vida en el interior de un domicilio, a un costado de los cuerpos de sus hijastros Santiago Hidalgo González, de once años y Rodolfo Hidalgo González, de nueve y de su hijo biológico Eimar Ovalle Hidalgo, de cuatro.

El multihomicidio

Las indagatorias a cargo de la Fiscalía General del Estado indican que el martes por la tarde, Fabiola “N”, de 26 años, recibió varias llamadas por parte de su esposo, Eimar Ovalle, de 43 años, después de que por la mañana sostuvieron una riña.

A Fabiola se le imposibilitaba responder el teléfono por encontrarse en una capacitación para integrarse a la Guardia Nacional.

Vecinos detallaron escuchar a Eimar, de oficio soldador y ex elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional, gritando por el teléfono por no obtener respuesta de su esposa.

“Mi esposo fue el que me habló a las ocho y media, me comentó que había una mala noticia, me comentó que escuchó a mi vecino subir las escaleras, hablando por teléfono, lo escuchó decir ‘esta no te la voy a perdonar, me las vas a pagar’, así hablando fuerte”, comentó Luisa, una de las vecinas de las víctimas.

La versión fue corroborada por una de las amigas de los menores que fallecieron, Carolina Flores, quien horas antes de los hallazgos de los cuerpos se topó con Eimar en una tienda de abarrotes.

Aproximadamente a las 20:25 horas, según la declaración de Fabiola “N”, respondió la llamada y su esposo le comentó que estaba afilando el cuchillo, por lo que optó por denunciar al número de emergencias.

Agentes de la Policía Municipal arribaron al domicilio señalado por la reportante y se encontraron con la escena: los tres niños y el padre yacían sin vida, con múltiples lesiones provocadas por cuchillo.

Los primeros indicios recopilados por elementos de Servicios Periciales señalaron que en el interior de la vivienda, Eimar asesinó en primer término al mayor de los niños, Santiago, después a Rodolfo, y por último a Eimar Fernando, su único hijo biológico.

Tras el asesinato de los niños, Eimar se acuchilló a si mismo al menos ocho veces en el tórax hasta que falleció con el arma en la mano derecha.

Pareja tranquila

Eimar Ovalle, originario de Ciudad de México, y Fabiola “N”, nacida en Huehuetán, Chiapas, se casaron el 30 de noviembre de 2009.

Si bien Fabiola tenía dos hijos de una relación previa, Santiago y Rodolfo, Eimar se hizo cargo de ambos.

Posteriormente, la pareja celebró el nacimiento de su hijo Eimar Fernando.

La familia se mudó a Tijuana hace aproximadamente tres años y se mudaron al fraccionamiento cuando finalizó la construcción de la privada Olvers, donde vivían.

Para los vecinos, la pareja se caracterizaba por siempre hacer todo juntos, al punto de que descuidaban a los niños.

“Los viernes yo veía que él la llevaba al transporte, siempre andaban de la mano, eran cristianos, por eso estamos sorprendidos; él siempre bajaba con ella, tomados de la mano, siempre dejaban a sus niños encerrados, siempre los miraba juntos”, apuntó Luisa.

De hecho, la familia acostumbraba a invitar a los vecinos al templo cristiano al que acudían en Villas del Álamo.

“Se veía que era buena gente, ellos iban al templo y nosotros los veíamos como una familia normal, todos vivían ahí; lo que sí es que la señora trabajaba, cuando salían se iban juntos”, dijo otra vecina, Carolina Zamora.

Sin embargo, detrás de la imagen de una familia unida, existía una problemática de drogadicción y celos enfermizos en Eimar.

Tras el hallazgo de los cadáveres, Fabiola “N” contó al personal de la Unidad Municipal de Apoyo Social que los problemas familiares eran constantes en los últimos meses.

“Ella estaba en una capacitación de la Guardia Nacional y, a decir de ella, él le dijo que estaba afilando el cuchillo, no sabía si era broma; dice que ya tenían problemas de pareja”, informó personal de la dependencia.

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