Ser sepulturero no es trabajo sencillo: Trabajador del panteón municipal de Rosarito

Rosarito, B.C.- Ser sepulturero no es trabajo sencillo, pues se requieren muchas horas para preparar una tumba, pero quizá lo más difícil es conocer a los dolientes que contratan sus servicios para el descanso eterno de sus seres queridos, explica Luis Armando Morales Zapata, mejor conocido como “Zapata”.

Él es uno de los cuatro sepultureros que trabajan en el panteón municipal de Rosarito, ubicado en la colonia 17 de Agosto, este lunes hizo los últimos detalles a una tumba para recibir el ataúd con los restos mortales de una persona.

Con buen ánimo platica que su oficio es la albañilería, pero desde hace poco más de 4 años lo contrataron para construir una capilla y de ahí salieron más trabajos para arreglar otras tumbas y pequeños mausoleos, lo que le valió que lo invitaran para ser sepulturero.

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Detalla que este panteón lleva años saturado y quedan pocos espacios libres para cavar tumbas, pero aún así los deudos tratan de conseguir un lugar en este panteón, por ser el más ubicado y representativo de Rosarito.

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“Zapata” explica que los trabajos para cavar una tumba y prepararla tiene un costo de al menos 8 mil 500 pesos que incluye el material, pero puede elevarse el presupuesto ya que en ese panteón hay zonas muy rocosas que requieren de más trabajos y horas invertidas.

Morir es caro

Por eso en ocasiones baja hasta el mínimo su presupuesto a fin de ayudar a quienes lo contratan para preparar una tumba, porque casi nadie se prepara para afrontar los gastos que conlleva la muerte.

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Sólo faltan dos semanas para los festejos del Día de Muertos, pero en este panteón los trabajos de limpieza son lentos y en gran parte de este espacio predomina la basura.