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Cuatro coreanas

Corea del Sur es uno de los llamados tigres asiáticos que lograron un desarrollo económico muy exitoso, pero bajo dictaduras militares en los 70 y 80.

Genaro  Lozano

Genaro Lozano

Seúl, Corea del Sur.-

A menos de 40 kilómetros de la frontera con la impenetrable Corea del Norte se erige Seúl, con sus enormes rascacielos, palacios imperiales, centros de diseño y museos construidos por arquitectos como Rem Koolhaas o Zaha Hadid, mercados gigantescos de pescado, miles de clínicas dermatológicas, protestas a favor y en contra del juicio político al presidente y calles llenas de autos Hyundai y Kia.

Corea del Sur es uno de los llamados tigres asiáticos que lograron un desarrollo económico muy exitoso, pero bajo dictaduras militares en los 70 y 80. Hoy este pequeño país, apenas de la superficie de Durango, es uno de los que más poder suave ejercen en el mundo por el K-Pop, pero también por su literatura. Van cuatro lecturas coreanas.

Pachinko, de Min Jin Lee.

Esta novela ha sido un éxito global, tanto que Apple realizó una serie de televisión. Es la historia de una familia coreana que a inicios del siglo XX vive la ocupación japonesa de Corea y trata de salir adelante migrando a Japón y enfrentando todo tipo de discriminación y racismo. La novela está escrita en una prosa muy sencilla, pero cautivante y va enredando las historias de los miembros de esta familia. Desde la entrañable joven Sunja, quien queda embarazada por un hombre casado en una sociedad machista, hasta el joven pastor que decide casarse con ella y la historia de los hijos que tienen juntos. Pachinko es un retrato de familia, de identidad, de diásporas y sobre todo un reflejo de la historia colonial en pleno siglo XX. Esta novela ha sido recomendada por el New York Times como una de las mejores del siglo XXI.

Kim, Ji-Young, Nacida en 1982, de Cho Nam-Joo.

Corea es una sociedad machista y esta novela ha sido celebrada como un grito de rebelión, como un reflejo del espíritu del movimiento #MeToo que también tuvo un fuerte momento en este país asiático. Es una corta, pero muy poderosa novela, que narra la vida de una joven millenial, sus aspiraciones, sus deseos y los retos que enfrenta desde la infancia hasta la maternidad. En momentos, esta obra parece más un reportaje de la sociedad heteropatriarcal coreana, llena incluso de datos sobre la desigualdad contemporánea, que un texto de ficción. La escritora trabajaba como guionista de televisión hasta que se embarazó y tuvo que dejar su trabajo. Su novela tiene mucho de autobiografía, pero también es un reflejo de las mujeres coreanas y no puede evitarse hacer una comparación con lo que enfrentan también las mexicanas.

Actos humanos, de Han Kang.

En 1980 un grupo de estudiantes protestó contra la dictadura militar en la ciudad de Gwanju. La protesta terminó con una brutal represión y la matanza de estudiantes por parte del ejército. En muchos sentidos esa protesta es el Tlatelolco de los coreanos, un momento que marcó la memoria y la historia de la lucha por la democracia en Corea del Sur. La premio Nobel de Literatura 2024 escribió esta cortísima novela como un homenaje a las víctimas de esa matanza y como una meditación contra la barbarie. Es especialmente un testimonio para las nuevas generaciones. Como decimos en México: Ni perdón ni olvido. Eso es precisamente este poderoso texto. Si no has leído aún a la premio Nobel de Literatura 2024, Actos Humanos es un buen inicio a su trabajo y una invitación a leer “La vegetariana”, quizás su obra más conocida.

La asombrosa tienda de la señora Yeom, de Kim Ho-Yeon.

La belleza de la cotidianeidad, la convivencia humana y la inesperada bondad son los elementos de esta novela que narra las historias alrededor de una tiendita de la esquina cuya dueña es una señora madura que administra su negocio más como un hobbie que por una necesidad, pero especialmente porque ve su tienda como un ecosistema del que depende la vida de sus empleados. La señora Yeom es el centro de las confesiones, frustraciones y los anhelos de los clientes que acuden a su negocio, incluido Joon-ho, un hombre que vive en la calle y que salva el bolso de la señora Yeom, convirtiéndose luego en su empleado. Es una historia de redención, de dignidad y de conexiones humanas.

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