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La historia detrás del Día de Muertos en México

Los muertos solían emprender un trayecto de cuatros años y enfrentar una serie de obstáculos para alcanzar el descanso eterno.

La historia detrás del Día de Muertos en México

El Día de Muertos es una de las tradiciones más preciadas en México por el gran significado que posee para quienes la celebran cada año. Sin embargo, la celebración tiene una gran historia detrás que se distancia un poco de todo lo que sabemos hoy en día.

Época prehispánica

La tradición tiene su origen en la época prehispánica. Antes de la llegada de los españoles, muchas culturas mesoamericanas solían rendir culto a la muerte. La muerte era tan respetada como la vida misma. No existía un miedo o rechazo hacia la muerte ya que era asimilada como una parte esencial de la misma vida. En la cultura mexica, los dioses Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli eran los encargados de acompañar las almas de los difuntos al inframundo.

El inframundo mexica era llamado Mictlán, “el lugar de los muertos”, y para que los muertos pudieran llegar a ese destino tenían que enfrentarse a una serie de obsctaculos para merecer el descanso eterno. El Mictlán estaba dividido por secciones de acuerdo a la forma de morir de las personas.

Por un lado, está la Tonatiuh Ichan o “casa del sol” en la que entraban los guerreros caídos en batalla. Mientras que en Cincalco, la casa del dios de la creación y fertilidad Tonacatecutli, se encontraban los infantes que al morir tan jóvenes se consideraban inocentes.

En camino al Mictlán

El viaje al inframundo empezaba con la muerte de un ser querido y era necesario que sus familiares le acompañasen por medio de un ritual a distancia. El deceso era anunciado con los lamentos de las mujeres ancianas de la comunidad. Después se rodeaba al difunto con sus objetos personales y se le alimentaba simbólicamente con sus alimentos preferidos en vida.

El cuerpo solía ser enterrado cuatro días después y a partir de ese momento, el alma empezaba su trayecto al Mictlán. Cada año durante los primeros cuatro años después de la partida, los seres queridos debían celebrar el mismo ritual pero esta vez alrededor de las cenizas del difunto. Este proceso ayudaba a las almas a encontrar un descanso, pero también a sus familias a sanar su duelo.

La llegada de los europeos

Todo esto cambiaría con la llegada de los españoles. Tras la asimilación forzada de la cultura europea en las comunidades mesoamericanas, la tradición sumó elementos católicos y la figura del dios del inframundo perdió relevancia al ser considerado un día dedicado solamente a los muertos. Sin embargo, el ritual conmemorativo a los difuntos sigue siendo parte de la tradición por medio del famoso “altar de muertos”.

El día de muertos se celebra cada 1 y 2 de noviembre. El 1 es el día de Todos los Santos y el 2 el día de los Fieles Difuntos. Se reza y en algunas zonas del país se pasa la noche en los panteones. Al terminar la celebración, se degustan todos los platillos y bebidas de la ofrenda.

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