¿Por qué ir a conciertos podría ser mejor que una terapia?

Si alguna vez has salido de un concierto sintiéndote feliz, ligero y sin preocupaciones, no es casualidad. La ciencia confirma que la música en vivo tiene efectos positivos en el cerebro y el cuerpo, comparables con los beneficios de una terapia.

Beneficios de ir a conciertos

Un boost de felicidad instantáneo

Durante un concierto, el cerebro libera dopamina, serotonina y oxitocina, hormonas que generan bienestar y reducen el estrés. Un estudio de Goldsmiths University of London encontró que solo 20 minutos de música en vivo pueden aumentar la sensación de felicidad hasta en un 21%.

Además, saltar y cantar a todo pulmón ayuda a liberar emociones reprimidas, algo similar a lo que se busca en una sesión de terapia.

Conexión y energía colectiva

Los conciertos crean una sensación de comunidad que impacta en la salud mental. Investigaciones han demostrado que el ritmo de la música hace que los latidos del corazón se sincronicen con los de otras personas, generando un vínculo especial con quienes están alrededor.

Si en terapia trabajas en conocerte mejor, en un concierto sientes la magia de compartir con miles de personas un mismo momento inolvidable.

Menos estrés y más bienestar

Escuchar música en vivo reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mejorando el ánimo y hasta fortaleciendo el sistema inmune. Además, moverte al ritmo de la música es un ejercicio naturalque libera endorfinas y mejora la circulación.

Una experiencia que se queda contigo

Mientras que la terapia te ayuda a procesar el pasado, un concierto te deja recuerdos felices que duran toda la vida. La música activa el área del cerebro encargada de la memoria, lo que explica por qué esos momentos quedan grabados con tanta intensidad.

No hay que elegir entre una cosa u otra, pero si necesitas un respiro para el alma, ir a un concierto podría ser la mejor terapia que puedas darte.