Descubre el fascinante periodo Jurásico: 5 razones por las que fue un tiempo asombroso

El periodo Jurásico, que ocurrió hace entre 199 y 145 millones de años, es una de las épocas más emblemáticas de la historia geológica de nuestro planeta. Con dinosaurios gigantescos, un clima cambiante y mares llenos de vida, este periodo ofrece un vistazo a un mundo increíblemente diverso y dinámico. A continuación, te presentamos cinco aspectos que hacen del Jurásico un tiempo asombroso.

1. Transformaciones geológicas dramáticas

Durante el Jurásico, el supercontinente Pangea continuó su proceso de desintegración. Laurasia se dividió en América del Norte y Eurasia, mientras que Gondwana comenzó a separarse en las masas terrestres que hoy conocemos como Antártida, Madagascar, India, Australia, África y Sudamérica. Esta fragmentación dio lugar a nuevos océanos y elevó el nivel del mar, inundando continentes y creando mares interiores. Estos cambios geológicos no solo alteraron la configuración de la Tierra, sino que también influyeron en el clima y los ecosistemas.

2. Clima subtropical y paisajes verdes

El clima del Jurásico pasó de ser cálido y seco a húmedo y subtropical. Las brisas cálidas y húmedas transformaron los desiertos áridos en paisajes más verdes, llenos de cícadas parecidas a palmeras, coníferas como araucarias y pinos, y ginkgos en las latitudes septentrionales. En el hemisferio sur, los podocarpos dominaban el paisaje. Los helechos arborescentes también eran comunes, contribuyendo a la vegetación exuberante que caracterizaba esta era.

3. Vida marina abundante y diversa

Los océanos del Jurásico, especialmente los mares interiores poco profundos, estaban rebosantes de vida. En la cúspide de la cadena alimentaria se encontraban los plesiosaurios, cocodrilos marinos gigantes, tiburones y rayas. También proliferaban los ictiosaurios, cefalópodos y amonites. Los arrecifes de coral, esponjas, caracoles y moluscos enriquecían los ecosistemas marinos. El plancton microscópico, que posiblemente teñía de rojo algunas partes del océano, jugaba un papel crucial en la cadena alimentaria marina.

4. Dinosaurios gigantescos

En tierra, los dinosaurios del Jurásico eran verdaderos gigantes. El Brachiosaurus, un saurópodo herbívoro, alcanzaba los 16 metros de altura y 26 metros de longitud, pesando más de 80 toneladas. El Diplodocus, otro saurópodo, medía 27 metros de largo. Estos enormes dinosaurios posiblemente disuadían a depredadores como el Allosaurus, un carnívoro de gran tamaño que caminaba sobre dos poderosas patas. A pesar de esto, carnívoros más pequeños y rápidos, como los coelurosaurios, también cazaban con éxito. Los estegosaurios, con su armadura natural, eran otra presa común en la cadena alimentaria jurásica.

5. Surgimiento de aves y pequeños mamíferos

El Jurásico también fue testigo de la aparición de las primeras aves. El Archaeopteryx, considerado la primera ave conocida, surcaba los cielos a finales del Jurásico. Este antiguo ave competía por el espacio aéreo con los pterosaurios, reptiles voladores que existían desde el Triásico. Al mismo tiempo, insectos como los saltamontes y escarabajos prosperaban, y los primeros mamíferos pequeños correteaban entre los pies de los dinosaurios, ignorantes del papel dominante que sus descendientes jugarían millones de años después.

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El periodo Jurásico fue una era de grandes transformaciones y biodiversidad sin igual. Desde la desintegración de supercontinentes hasta el surgimiento de gigantescos dinosaurios y las primeras aves, este tiempo geológico nos ofrece una fascinante visión de un mundo en constante cambio. Explorar el Jurásico es viajar a un pasado donde la vida florecía en todas sus formas y tamaños, dejando una huella imborrable en la historia de nuestro planeta.

Con información de Natgeo.