‘Las manos que lo resisten’: La historia detrás de la pintura “maldita” de Bill Stoneham

Entre algunas de la leyendas de terror más escalofriantes están aquellas que tienen como amenaza un simple objeto, que ha sido supuestamente “poseído” por entidades malignas; sin embargo, también están las que giran alrededor de pinturas y cuyo peligro reside justo en la emotividad del arte.

Entre los relatos más conocidos se encuentra el de ‘The Hands that Resist Him’ (‘Las manos que lo resisten’) por Bill Stoneham, la cual fue creada en 1972 cuando el artista tenía solo 5 años y se muestra así mismo junto con una niña algo más pequeña que él. Aunque solo basta con darle un vistazo a la pintura para saber que algo anda mal.

No solo el gesto del autoretrato de Bill es sombrío e inquietante, sino que el rostro de la nina parece desfigurado, con una pronunciada mueca triste y ojos completamente negros, como si fuera una muñeca de madera.

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Esto cobra algo de sentido cuando se tiene en cuenta que el artista afirmó que la niña era realmente su amiga imaginaria a esa edad, quien lo acompañaba en sus aventuras. Aunque es normal que los niños tengan este tipo de imaginaciones, la apariencia de la niña resulta de lo más abrumadora.

No obstante, esto está lejos de ser lo más inquietante de la obra, pues justo detrás de ellos se encuentra una puerta de vidrio con huellas de manos, de un color bermejo. Según Stoneham, dicho vidrio es una “línea entre la realidad y los sueños.

Las extrañas muertes alrededor de la pintura

Pese a todos los elementos oscuros, la obra fue vendida a un comprador anónimo tiempo despúes, pero no fue hasta el año 2000 que reapareció en Ebay con una descripción que causó alerta en redes sociales, pues se afirmaba que los tres dueños anteriores habían perdido la vida tras sufrir encuentros paranormales.

Ante esto, el artista Bill Stoneham, que ahora es reconocido por sus pinturas surrealistas y con todavía más elementos de suspenso, afirmó no tener ningún comentario o explicación al respecto.

Desde entonces, la pintura ha sido considerada como un “objeto maldito” y, aunque niega haber puesto una maldición o algo por el estilo en ella, Stoneham decidió hacer una serie alrededor de ellas que intenta expandir el mito e incluso dar una explicación a los elementos en ella.