Trump firma decreto que suspende entrada de inmigrantes por la frontera con México; captan a uno brincándose la barda en Nogales

WASHINGTON.-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que suspende la entrada de inmigrantes a través de la frontera sur con México, como parte de sus esfuerzos para frenar la migración irregular. Esta medida se presenta como una respuesta a la creciente preocupación por el cruce de inmigrantes hacia el país vecino. Sin embargo, a pesar de las amenazas y políticas restrictivas del presidente, muchos migrantes continúan buscando maneras de ingresar a Estados Unidos, como evidenció un incidente en Nogales, Arizona, donde un migrante fue captado brincando el muro fronterizo para intentar cruzar al territorio estadounidense.

Preparativos en México ante posibles deportaciones masivas

Ante las promesas de Trump de llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, el gobierno mexicano ha comenzado a construir refugios temporales en ciudades del norte del país, particularmente en Ciudad Juárez. Estos refugios están diseñados para albergar a miles de personas, con el objetivo de recibir y asistir a los mexicanos deportados. El plan incluye la creación de grandes albergues de tiendas de campaña que estarán listos en cuestión de días para atender a los deportados, quienes recibirán alojamiento temporal, alimentos, atención médica y apoyo para la obtención de documentos de identidad.

En total, se planea la construcción de centros de recepción en nueve ciudades fronterizas mexicanas, con el fin de organizar y dar apoyo a los connacionales deportados. Además, se implementará una flota de autobuses para transportar a los deportados a sus lugares de origen dentro de México.

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Impacto de las políticas de Trump en México

Trump ha puesto en marcha diversas medidas para limitar el ingreso de migrantes a Estados Unidos. La eliminación del programa CBP One, que permitía a algunos migrantes obtener una cita para ingresar de manera legal, y el restablecimiento de los Protocolos de Protección al Migrante (MPP), que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México, son algunos de los cambios más recientes. Estas políticas, sumadas a las amenazas de deportaciones masivas, han generado preocupaciones en México sobre su capacidad para manejar la situación.

El gobierno mexicano asegura estar preparado, pero algunos funcionarios, como José Luis Pérez, director de asuntos migratorios en Tijuana, han expresado dudas sobre la capacidad de las autoridades mexicanas para recibir y atender a todos los deportados. La falta de coordinación y la cancelación de programas como el CBP One generan incertidumbre, mientras que la creciente presión en las ciudades fronterizas podría causar tensiones.

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Desafíos económicos para México

México enfrenta grandes desafíos en el manejo de las posibles deportaciones masivas. La perspectiva de una caída en las remesas enviadas por migrantes a sus familias en México podría afectar la economía del país. Las remesas son una fuente crucial de ingresos para muchas regiones, y su reducción podría causar trastornos económicos importantes, especialmente en los estados más afectados por la violencia y la pobreza, como Michoacán, Guerrero y Chiapas.

Con un crecimiento económico proyectado bajo, México podría tener dificultades para absorber a millones de deportados sin poner en riesgo la estabilidad económica y social de las regiones más vulnerables. La situación también podría exacerbar los problemas en las ciudades fronterizas, que ya enfrentan una presión debido al flujo de migrantes.

Construcción de refugios en Ciudad Juárez

Mientras tanto, en Ciudad Juárez, autoridades mexicanas y militares trabajan en la edificación de los refugios, que se encuentran cerca de un área simbólica donde en 2016 el Papa Francisco celebró una misa en favor de los migrantes. Los trabajos incluyen la construcción de cocinas industriales para alimentar a los deportados, con el objetivo de garantizar un nivel básico de asistencia a los que lleguen a los refugios. Aunque la construcción está en curso, la preocupación sobre la capacidad de México para enfrentar una posible crisis humanitaria sigue siendo un tema central.

El futuro de la migración y las deportaciones depende de la evolución de las políticas de Trump y de las acciones del gobierno mexicano para gestionar esta compleja situación. Mientras tanto, los migrantes continúan buscando formas de cruzar la frontera, a pesar de las medidas restrictivas que se implementan de ambos lados.