¡De su casa a la oficina! El impacto viajes del nuevo jet del CEO de Starbucks

Brian Niccol, nuevo CEO de Starbucks, quien tomará participación oficial en la cadena de cafeterías la próxima semana, anunció que no se va a mudar a la sede de la empresa en Seattle.

Niccol viajará constantemente desde su casa en California hasta la oficina central en Seattle, esto de manera semanal, donde utilizaría el jet privado que la empresa le va a proporcionar para trasladarse.

El acuerdo de Niccol con Starbucks

Dentro de las negociaciones de su contrato, el nuevo CEO solicitó una oficina remota para poder cumplir con sus obligaciones con la empresa de manera remota a más de 1600 kilómetros de distancia de las oficinas centrales de Starbucks, algo que el Jet podrá recorrer fácilmente cada semana, a su completa disposición.

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Starbucks ha defendido su decisión, argumentando que Niccol se ha mostrado como algo mucho más grande que un líder efectivo en la industrial.

Confiamos en su experiencia y capacidad para servir como líder de nuestro negocio y marca global, brindando valor duradero y a largo plazo para nuestros socios, clientes y accionistas " declaró un representante de la empresa en entrevista para CNN.

El acuerdo con la empresa, le permite a Niccol esta flexibilidad con su modo de trabajo, cuya decisión podría estar más relacionada con sus preferencias personales

¿Cuánto gasta un jet en estos recorridos?

El gasto estimado por una operación de viaje supone una inversión para Starbucks de aproximadamente entre los 20 y 40 mil dólares dependiendo del tipo de jet y combustible que se utilice para sus viajes.

El tiempo de vuelo para estos viajes se mantiene similar entre tipos de jets, abarcando entre las 2 y 2.5 horas.

Impacto ambiental

Lo que más ha levantado críticas de esta decisión extraña de Starbucks es el complicado impacto ambiental que van a generar los constantes vuelos que solo serán aprovechados en su totalidad por Niccol.

Un vuelo de jet privado entre Newport Beach y Seattle podría emitir entre 3 y 6 toneladas de CO₂, dependiendo del tamaño y eficiencia del avión utilizado.