Transformación
La urgente transformación que se requiere no está en la lógica de quienes controlan los partidos políticos.
En una sociedad polarizada el simple acto de escuchar y conversar con quienes se tiene desacuerdos se ha convertido en una ofensa mayor, el trabajar con quienes piensan diferente es materia de descalificación al grado de que la conversación pública de posibilidades cada día se vuelve más compleja. Estamos ante políticos que miden la pureza de afinidad al bando en el que militan en base a obediencia, aplauso y declaración de infalibilidad de sus líderes elevándolos a deidades terrenales incapaces de error alguno.
En la recta final de la administración federal e inicio de la temporada de campañas en busca de los miles de puestos de elección popular el estado de ánimo de confrontación, descalificación, resignación así como el impulso desde el poder a la polarización difícilmente va a cambiar. No sólo es la naturaleza de quienes ostentan el poder, es la única forma que han encontrado de acceder al poder y difícilmente van a regresar a conceptualizar la política como el arte de lo posible y medio para unificar alrededor de una visión compartida.
El arte de persuadir a una mayoría con la finalidad de ganar una elección requeriría en una auténtica democracia el articular visión de país, sociedad, federalismo, gobernanza, justicia, respeto, institucionalidad, militarismo, desarrollo, entre muchos otros temas.
Desafortunadamente la oferta se reduce a continuidad de una administración fallida en el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales, contrastada con una propuesta de cambio sin rumbo claro. No basta el declarar ser igual o diferente a quien hoy ostenta el poder, se requiere una oferta clara ante los grandes retos que se enfrentará una nueva administración pública ante la maldita herencia de Estado fallido en militarismo, seguridad, salud, combate a la corrupción, educación, federalismo, finanzas públicas, división de poderes, energía, medio ambiente y división de poderes.
En el discurso público por parte de quienes gobiernan o aspiran a gobernar, observo una retórica rica en mentira, negación, evasión, ataque y descalificación. Sin pudor alguno declaran: “Sin endeudar”, “sin corrupción”, “sin mentir”, así como presumen grandes inversiones en infraestructura y obras entregadas, muchas de ellas inconclusas, inoperantes o inexistentes. La realidad es que el sector público federal registró un endeudamiento interno en los primeros ocho meses de 2023 de 1,129,407.8 millones de pesos, un avance de 93.7 % del monto aprobado para todo el ejercicio. Por lo que corresponde a endeudamiento externo esté disminuyó en 253.7 millones de dólares.
El saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, deuda, a agosto de 2023 era de 14,170,551.6 millones de pesos. Para el ejercicio de 2024 en el proyecto de ley de ingresos, el Ejecutivo está solicitando deuda adicional. La promesa de sin endeudar, financiar programas de transferencias y proyectos emblemáticos en base a ahorros no se va a cumplir. Lo mismo que sucede a nivel federal se replica en los estados como Sonora donde la promesa de sin endeudar y ahorros quedó en el olvido e inexistentes logros.
En materia de empleo a septiembre de 2023 el IMSS reportó 21,896,289 trabajadores permanentes y eventuales urbanos asegurados, un aumento anual de 3.42% contra septiembre de 2022. Con relación al mes de agosto se crearon 115,697 puestos, 74% de ellos trabajadores permanentes. El índice global de la actividad económica en julio de 2023 reportó un incremento de 0.15% con respecto a junio de este mismo año, debido a que las actividades primarias y terciarias cayeron 0.22 y 0.08%, respectivamente; en contraste, las secundarias subieron 0.45%. Por lo que corresponde a la Tasa de Desocupación en agosto de 2023, representó el 2.96% de la Población Económicamente Activa, menor en 0.57 % respecto al mismo mes de 2022. En la primera quincena de septiembre de 2023, la inflación general anual fue de 4.44%. En su reunión del 28 de septiembre de 2023, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener sin cambio el objetivo para la tasa de interés de referencia, en 11.25%.
Estos datos macroeconómicos con señales mixtas donde la inflación es una buena noticia contrastada con un letárgico crecimiento de la actividad económica y un alto nivel de tasas de intereses reales. Por otra parte los datos del IMSS y desempleo evidencian el alto nivel de informalidad que seguirá siendo uno de las grandes deudas pendientes de la administración que se va, representa un llamado urgente a incorporar a la formalidad y red de apoyo social al 55% de la población económicamente activa.
Las grandes transformaciones requieren del concurso de múltiples actores que representen todo el espectro ideológico, quienes fincan su acción política en aislarse para sólo conversar con los propios, fracasarán una y otra vez. La gran mayoría de los mexicanos no militamos en partido político alguno, me atrevería a afirmar que ninguno de los partidos políticos existentes nos representan al haberse convertido estos en vehículos de pequeños grupos sin ideología y con una gran ambición de controlar presupuestos.
La urgente transformación que se requiere no está en la lógica de quienes controlan los partidos políticos. No tienen ni interés ni incentivos para cambiar, mucho menos para abrir las puertas a ciudadanos no militantes. Quienes debemos de transformarnos somos nosotros los ciudadanos y asumir el papel de actores en construir una auténtica democracia.
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