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Es mi palabra

Cascabel

John Stuart Mill en 1828 sobre la perfección argumentaba: “… porque la gente a veces es engañada por esperanzas precipitadas, creo que he observado que no el hombre esperanzado cuando otros se desesperan, sino el hombre desesperanzando cuando otros tienen esperanza es admirado como un sabio…”.

En el ilegal y anticipado proceso electoral las candidatas no han logrado articular una oferta de esperanza. Una ofrece continuar en la espiral descendente de una administración que cada día se esfuerza por entregar un Estado fallido en 2024; la otra, al haber sido capturada por la narrativa de los partidos de la alianza ofrece políticas e incorpora políticos de un ominoso pasado. Concluye Mill argumentado: “Es necesario: Sacar a los hombres de la esfera de la opinión de sus camarillas separadas y privadas para hacerlos responsables ante el público en general; no dejar a ningún clan con poder suficiente para protegerse unos a otros desafiando la opinión pública, y fabricar un código de moralidad separado para su guía privada; organizar las instituciones políticas de un país de tal manera que nadie pueda poseer ningún poder excepto lo que le hubiera dado por los sentimientos favorables, no de ninguna clase separada con un interés separado, pero de la gente”.

Observamos partidos políticos capturados por camarillas, con códigos de conducta propios, con capacidad de culpar y absolver a sus militantes sin importar la legalidad; hasta hoy en sus procesos la opinión pública parecería no interesarles, sólo la foto.

En la búsqueda de captura de los poderes constitucionales para depositarlos en un solo hombre, contraviniendo así la Constitución, esta semana aprobaron dentro del paquete fiscal 2024, los dóciles y sumisos diputados federales del oficialismo, desmantelar fideicomisos de apoyo al personal del Poder Judicial de la Federación.

l iracundo Presidente al celebrar el golpe a la Suprema Corte, confundiendo entre ministros y el resto del Poder Judicial de la Federación, a pregunta expresa afirmó: “Que estén conscientes los trabajadores (del Poder Judicial) que ellos no van a salir perjudicados en nada. Es mi palabra y soy un hombre de palabra y los compromisos se cumplen y, si hay un trabajador que va a recibir menos de su salario o se le van a quitar prestaciones, nosotros somos avales.

Yo soy la garantía de que no se les va a tocar absolutamente nada de sus sueldos, de sus prestaciones”. “Un hombre de palabra”, “Yo soy la garantía”. Quizás las dos frases más costosas del siglo para México. Un “hombre” que no endeudaría al País, que regresaría al Ejército a los cuarteles, que acabaría con la corrupción, que reformaría el sector salud, crecería la economía, no buscaría erigirse como el poder de los poderes, que dotaría de seguridad y pacificaría, sin vivir en palacio, entre muchas palabrería regurgitada y avales personales sin valor.

En la ley de ingresos de la Federación para 2024 se autorizó un endeudamiento de 1.99 billones de pesos y 18 mil millones de dólares. De cada peso que gaste el sector público federal casi 23 centavos provendrán de deuda si los senadores de Morena y aliados resultan igual de irresponsables que sus pares en diputados. La marcha de la locura. Los recursos públicos contemplados para 2024 son 9.066 billones de pesos, de los cuales 4.942 billones procederían de impuestos, el resto de deuda, derechos y petróleo.

En las prioridades presupuestales y legislativas no encuentro interés en atender los retos existentes en torno al agua. La gobernanza de los recursos hidráulicos, su cuidado, remediación, contención en aras de protección civil y posterior utilización; con el presupuesto asignado para 2024 se concluirá un sexenio de desatención. Esta administración al igual que en otras áreas entregará un sector en crisis, con diversas regiones del País en usos domésticos, agrícola e industrial, a punto de quiebre. La obligada reforma legislativa sigue sin llegar así como inversiones en mantenimiento y nueva infraestructura.

La vacilada de privatizar la presa Abelardo L Rodríguez y así financiar la construcción de presas río arriba es un ejemplo más de ocurrencias e improvisación al hablar, existen múltiples ejemplos del costo material y en vidas de ignorar la importancia del control de avenidas en aras de protección a la población. Imposible no contrastar el anuncio con el análisis institucional, académico y esfuerzo de socialización que en Arizona se está dando sobre desalinizar agua del Mar de Cortés para llevar a Phoenix. El martes 24 se celebrará un foro en la Universidad Estatal de Arizona, donde es inevitable resaltar la ausencia de voces mexicanas y silencio de autoridades mexicanas.

En mal momento, por la importancia de proteger el Golfo de California, llegó el cambio de la Comisión Sonora-Arizona por una de Sonora-Estados Unidos, donde habrá que esperar que el presidente Biden nombre a quienes van a representar a su país como contraparte de los insaculados por el gobernador Durazo para que funcione como una auténtica comisión. Al abrirse el proceso electoral nos encontramos en cada esquina quienes deliran por gobernar.

En ausencia de instituciones fuertes, federalismo y respeto a separación de poderes es grande el riesgo de nuevamente toparnos con quienes deliran y gobiernan. En aras de no continuar avanzando en la marcha de locura es importante participar, impulsar candidatos no militantes, vigilar a los gobernantes y señalar a las cosas por su nombre.

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