La gente votó por esto

Es inevitable, sucederá pronto la reforma constitucional que desde campaña prometieron los candidatos y candidatas de Morena para el Poder Judicial de la Federación (PJF).

En la Cámara de Diputados tienen de forma holgada los votos necesarios, mientras que en el Senado les falta uno, que conseguirán sin problema porque ya hay pláticas con senadores electos de oposición que bajo ciertas condiciones estarían dispuestos a votar a favor la iniciativa.

Son, de hecho, alrededor de 20 reformas a la Constitución que vendrán en cascada, apenas entre en funciones la próxima Legislatura, aunque la primera será la que reclama el presidente Andrés Manuel López Obrador.

No quiere y no se irá del cargo sin antes ver aprobados los cambios y publicados en el Diario oficial de la Federación.

Los nuevos legisladores le darán ese gusto a su líder, además no tiene opción.

Claudia Sheinbaum y el resto de los ahora electos lo dijeron claramente desde el principio: Necesitaban la mayoría calificada para hacer los cambios y para ello pidieron a los electores votar todo Morena.

La gente se los concedió y ahora harán lo que prometieron. No hay argumentos técnico, legal, político, histórico o antropológico que le gane a la simple y atractiva posibilidad de que los jueces, ministros y magistrados sean electos mediante el voto popular.

La oposición, hoy aún más reducida, poco podrá hacer para evitarlo, salvo argumentar tanto como pueda en redes sociales, en foros, en medios de comunicación, los riesgos que esa reforma implica desde su perspectiva.

Además, tratar en lo posible que sus propuestas sean incluidas en el documento que se discute ya, a partir de esta semana, en el Congreso de la Unión, además de las llamadas asambleas informativas que se harán por todo el territorio mexicano.

Se supone que la reforma incluye ciertos filtros para garantizar que quienes sean electos tengan el perfil que la ley exige, porque los requisitos no se van a modificar, aunque sí la forma de elegirlos.

Pero mire, este será un primer paso que, de cumplirse las fechas estimadas, estará en marcha a mediados del próximo año, cuando ya se estarían activando esos mecanismos para seleccionar a los integrantes del Poder Judicial.

Pero de ahí siguen los estados de la República, que también tendrán que modificar sus constituciones locales para adecuarse a la federal.

El dato no es del dominio público, pero alrededor del 80% de los delitos que se cometen son del fuero común, es decir, que se juzgan a nivel local.

Sin embargo, desde la perspectiva de la oposición y de algunos analistas, esto es lo menos importante, porque el fondo es conseguir una mayor influencia del partido dominante sobre las decisiones de los jueces, magistrados y ministros a nivel federal.

Y es que durante los seis años del obradorismo el enfrentamiento ha sido constante y en el fondo ha sido eso, que no lograron influir como quisieran.

Pero están a punto de cambiar esa historia.

El operativo es nacional, en todas las entidades de la República están ya organizadas las asambleas y los debates.

Hay espacios para quienes se oponen a la reforma, quizá en el mejor de los casos se les escuche con respeto, pero nomás.

Viene después otro paquete de reformas, incluida una que hace cambios a las facultades y hasta el nombre del Instituto Nacional Electoral (INE), para convertirlo en el Instituto de Elecciones y Consultas (INEC).