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Importancia de nuestra querencia

La Querencia Familiar sí es una sola.

Carlos  Dumois

Querer juntos es un proceso que construimos día a día, y que nos unifica. Definir una visión estratégica de futuro sin antes precisar lo que quieren los dueños es un trabajo hueco y sin sentido. No es más que un ejercicio económico-financiero. La intencionalidad de la organización enfoca, pero no es solo una tarea técnica, no es nada más seguir unos pasos que dictan las mejores prácticas. El punto de partida es el acuerdo entre los miembros de la familia empresaria respecto a lo que ha de llegar a ser la empresa.

Hemos definido la querencia como la manifestación de los propósitos y deseos del dueño sobre lo que espera de la empresa. Estos tendrán que invertirse en el corazón de la voluntad compartida de la organización acerca del futuro a construir. El proceso de conversión de esos propósitos en algo institucionalmente compartido se sustenta en una dinámica permanente, que progresa de un ámbito personal hacia uno familiar, y luego empresarial.

Ante los cambios tan violentos que nuestro entorno nos presenta, a los dueños les corresponde revisar y actualizar lo que quieren de la empresa con mayor periodicidad que antes. La Querencia personal es lo que cada uno de los socios activos quiere con respecto a su empresa, en términos de su tiempo, su patrimonio, su propio rol, su desarrollo como persona y su trascendencia. La Querencia Familiar sí es una sola. Reclama un esfuerzo de concertación. No se da sola por ser parte de la familia. Va emergiendo como fruto de diálogos constructivos y creativos y responde al propósito que juntos definimos. No necesariamente es permanente, pero si mantiene su esencia a través del tiempo. La Querencia Empresarial es institucional. Se busca que sea alentadora y excelsa. Define con sentido estratégico lo que establecemos como propósito corporativo, como razón de ser de la empresa, y le da una perspectiva única e integral a las lógicas de creación de valor. Esta dinámica permanente tiene un doble valor. Por un lado, culmina con la orientación, el enfoque, el designio de la organización.

Dotar a la organización de un sentido trascendente es fundamental. Es la causa, la razón de ser de la compañía. El otro inmenso valor que tiene esta dinámica es el proceso de comunicación que conlleva. En nuestros talleres de Querencia con familias empresarias seguimos este proceso a lo largo de los tres ámbitos: personal, familiar y empresarial. En la primera fase, de las querencias personales, previamente entrevistamos a profundidad a los miembros del equipo de Dueñez y generamos un documento con cada uno de ellos. Lo reedita cada uno hasta que formulan una declaración que sintetiza su propia querencia. Esta declaración individual cada uno la comparte con el resto del equipo en el taller. No hay juicios ni cuestionamientos en esta primera etapa. Lo que buscamos es que cada uno clarifique y comparta con los demás.

Al final que todos se han manifestado, se hace un esfuerzo por identificar las coincidencias y las discrepancias entre lo que ellos quieren. Esta síntesis siempre arroja un resultado similar: muchísimas coincidencias y unas cuantas discrepancias. Las coincidencias se convertirán en la materia prima de la querencia familiar, una declaración de larga duración sobre lo que juntos, como una unidad, quieren de la empresa.

Las coincidencias se traducen en una corta lista de temas que ameritan diálogos posteriores en sesiones enfocadas a cada una de ellas. El buen manejo de discrepancias es una habilidad que desarrollan las familias empresarias que perduran. Estas nunca estarán exentas de grandes diferencias entre sus líderes. Su forma de abordarlas es la base de su fortaleza. Paralograrlo las familias empresarias necesitan aprender a comunicarse a través de una calidad de diálogo superior al de cualquier familia normal. Esta es la doble relevancia de nuestra querencia. Es el sustento del propósito corporativo y también es el fermento de discrepancias que demandan una calidad de comunicación que solo las familias sobresalientes aprenden a desarrollar.

Carlos A. Dumois es presidente y socio fundador de CEDEM. “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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