Enfermedades mentales, ¿epidemia?

Datos duros:

En Estados Unidos, los suicidios entre jóvenes de 10 a 14 años se han incrementado un 120% del 2010 al 2020. Del 2009 al 2012, los niños redujeron su tiempo con amigos un 50%, y para el año 2020, con la pandemia, se había reducido otro 50%.

¿Por qué un jovencito, cuando tiene todo por delante, piensa quitarse la vida? ¿Por qué prefiere estar sin convivir con amigos si es lo más natural en esas edades? Al parecer, ya hay síntomas de una epidemia de salud mental entre jóvenes muy delicados. Acorde con Jonathan Haidt, psicólogo social, esto está pasando por igual en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y países escandinavos.

QUÉ OCURRE:

El uso del celular en los jóvenes era una manera óptima para comunicarse con familia y amigos, pero con la entrada del Smartphone, el mundo digital y primordialmente las redes sociales han entrado de lleno en sus vidas, y el aparatito se ha convertido en el centro de su existencia.

Los cuatro principales daños que ha causado en jovencitos el smartphone son la baja relación de amistades presenciales, como ya lo mencionamos líneas arriba; la falta de sueño por estar utilizando el teléfono, provocando con ello ansiedad, depresión y falta de desarrollo cognitivo.

Un tercer problema implícito es la fragmentación de atención. Se calcula que un joven utiliza el teléfono nueve horas diarias, de las cuales cinco son para redes sociales y las demás para otras actividades, y esto implica que recibe alrededor de poco más de 200 notificaciones diarias. ¿A qué horas se va a concentrar en algo?

Y un cuarto sería el peligro de caer en adicción. Como cualquier otra droga, se trastornan cuando no reciben ningún “like” a la foto o comentario que postearon.

QUÉ HACER

Haidt propone que hay que hacer algo al respecto, pero no en 2025 sino ya a partir de este momento, ya que se corre el peligro de tener una generación perdida en su país.

a) No smartphone a jóvenes antes de que estén en preparatoria. No le puedes regalar un Ferrari a un jovencito que acaba de aprender a manejar.

b) De los 16 en adelante que pueda tener redes sociales. Esto, lógicamente, a las plataformas no les interesa en absoluto, ya que son su mercado cautivo. Meta (Facebook) tiene como prioridad número uno el crecimiento; la salud mental de la sociedad no es precisamente una de ellas.

c) A nivel familiar, participar en actividades en conjunto y convivir, como puede ser la comida familiar o la tradición de festejar ciertas fechas. También en alguna labor altruista o de servicio en la comunidad.

d) Estar más en contacto con la naturaleza es una forma de esparcimiento muy efectiva para el desarrollo mental.

CONCLUSIÓN

Terminamos con unas frases que utiliza Haidt y nos parecen muy apropiadas para lo que se está viviendo actualmente por parte de los padres de familia:

“Estamos sobreprotegiendo a los niños del mundo real, y dejándolos sin protección con las redes sociales. Lo que los niños necesitan es una niñez basada en el juego en el mundo real. Así como el sistema inmune necesita estar expuesto a gérmenes, y los árboles al viento, así necesitan los niños estar expuestos a equivocaciones, fracasos y obstáculos, para desarrollar fortaleza y confianza en sí mismos”.

¡No nos resta más que desearte un feliz domingo, estimado lector!