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Morena y aliados tendrán una muy cómoda mayoría, como ha venido sucediendo desde 2018.

Sergio Valle

Está iniciando la Legislatura local 64, con una conformación similar a la que acaba de terminar en términos de las fuerzas políticas que estarán ahí representadas.

Morena y aliados tendrán una muy cómoda mayoría, como ha venido sucediendo desde 2018, lo cual generó complicaciones para la segunda mitad del sexenio de Claudia Pavlovich, aunque para el gobernador Alfonso Durazo ha sido de un tránsito terso, sin mayores complicaciones.

Si lo vemos desde esa perspectiva de inicio, esta es la Legislatura de la segunda mitad del sexenio de Durazo y al menos para los legisladores del partido en el gobierno será importante mantener las mejores condiciones para el cierre que les va a tocar.

El Congreso del Estado dejó de ser lo que alguna vez fue en materia política.

Ya no es la cancha donde opositores y oficialistas se enfrentaban, debatían de forma ácida y apasionada los temas de interés público.

Y es que aunque el Gobernador les da su lugar, su misma integración no permite que regresen eso que algunos llaman glorias pasadas.

La oposición en el Congreso del Estado es el menor de los problemas para el gobierno de Durazo.

Vaya, ni problema es.

El Ejecutivo ha hecho su chamba sin tener que cargar con los fuertes señalamientos y la férrea oposición que sí enfrentaron sus antecesores.

Hoy está por verse si eso seguirá así o de plano presenciaremos algo de resistencia de la oposición.

Pero no parece que vaya a suceder. Mire, los legisladores de Morena y aliados han hecho la tarea que como partido en el gobierno les corresponde, han protegido la causa a la que pertenecen y que los llevó al cargo.

No todos, pero sí la mayoría. El problema en todo caso está en la oposición, prácticamente inexistente desde hace años pero no porque desde Palacio los hayan callado, sino porque ellos por decisión propia decidieron renunciar a su papel de contrapeso, si no en votos al menos en las narrativas, porque ni eso han hecho.

El PRI desapareció con la renuncia de sus cuatro diputados. Dos que se fueron a Morena y los otros a Movimientos Ciudadano.

No hubo nadie en el debilitado tricolor que intentara detenerlos.

Se rumoraba fuerte que esto mismo podría sucederle al Partido Acción Nacional en esta Legislatura, pero las decisiones del Tepjf modificaron esa posibilidad.

Los electores sonorenses decidieron las cosas cuando de nuevo le dieron a la izquierda 20 de los 21 distritos en juego.

Los contrapesos no son algo del interés de la gente, hubieran votado diferente si así fuera.

SUELE SUCEDER

El lamentable asesinato de un reconocido ganadero sonorense en la semana que termina, a manos de grupos criminales, ha generado indignación, enojo y temor en el sector, lo cual es perfectamente comprensible.

La exigencia de que se capture a los responsables es lo menos que podía hacerse desde el gremio y de la familia de la víctima. Es su derecho.

Pero como suele suceder en estos casos, hay quien desde la desgracia pretende sacar raja política, sobre todo cuando se trata de un sector tan tradicional en Sonora y en el que persisten grillas y pugnas que incluso pueden venir desde la elección de Juan Ochoa como presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora.

No van a crecer esos intentos, porque son tan básicos, tan obvios que solo servirán para pintar el tamaño real de las personas que intentan impulsarlos.

Por lo tanto y en mi opinión no hay que ponerles demasiada atención porque desaparecerán solos, no tendrán eco.

Los reclamos de la familia son legítimos porque son motivados por el dolor ante la pérdida de un ser querido.

Pero quien intenta aprovecharse de la situación para obtener provecho personal, fracasará.

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