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El idioma del corazón

hay un idioma común que nos ayuda a estar unidos, un idioma que favorece “la amistad, que abate los muros de división y nos abre el camino para entrar, todos, en un abrazo fraterno”. Y ¿cuál es ese idioma?

José  Martínez Colín

1 PARA SABER

Durante su viaje apostólico, el papa Francisco visitó Papúa Nueva Guinea, que se considera un territorio de misión perteneciente a Oceanía. Su población cuenta con un 30% de católicos y el porcentaje se incrementa a un ritmo de 40 mil bautizados cada año. El obispo de Papúa Nueva Guinea afirmaba que se estima acudieron 300 mil personas al encuentro con el papa Francisco. Sorprende la fe de sus habitantes, pues muchos de ellos caminaron dos o tres semanas para asistir.

Papúa Nueva Guinea tiene más idiomas que cualquier otro país, con más de 820 lenguas nativas. Ante esa situación lingüística, el papa Francisco se refirió a que hay un idioma común que nos ayuda a estar unidos, un idioma que favorece “la amistad, que abate los muros de división y nos abre el camino para entrar, todos, en un abrazo fraterno”. Y ¿cuál es ese idioma? Es el idioma del corazón, el del amor, el lenguaje de la cercanía y del servicio. Lo contrario, lo que imposibilita la comunicación es el odio y la indiferencia que hunde sus raíces en el egoísmo y deja a los demás en la calle sin interés por ayudarlos.

2 PARA PENSAR

Debiendo ser el matrimonio una relación de amor, su mayor peligro es el odio y la indiferencia. El padre exorcista italiano Sante Babolin, quien murió el año pasado, afirmaba que una tentación frecuente del demonio es incitar al egoísmo que desune no sólo a las parejas sino los pueblos.

Babolin practicó centenares de exorcismos, aunque era cauto y reconocía que en el 98% de los casos presentados no existía posesión, sino eran trastornos mentales. Cuenta que durante uno de los “combates”, le cuestionó al demonio por qué causaba problemas a la esposa de un amigo, y le contestó: “¡No soporto que se amen!”. Y detesta el matrimonio porque se parece a la Eucaristía que es un Sacramento de Amor al ofrecerse Cristo por amor. Y en el matrimonio, por el Espíritu Santo, el amor humano de entrega se convierte en el amor divino, y así Dios permanece en ellos. Alertó el papa Francisco que a la infidelidad se llega con pequeñas infidelidades con el dinero, el éxito, con lo inmediato; por los cónyuges han de estar vigilantes. El diálogo, la confianza y la paciencia deben siempre permanecer.

El exorcista recomendó a los esposos rezar juntos el Rosario para alejarse de las tentaciones, y le atribuye el aumento del número de separaciones, a la degradación del amor entre hombre y mujer a sólo el sexo, siendo indiferente a la persona. El diablo, dice, es hoy más fuerte que nunca por la dificultad para distinguir entre el bien y el mal. En otra ocasión invocó a la Virgen de Guadalupe para curar a un joven, y contó que el Maligno, con un gesto de frustración, exclamó: «Antes de ella, todo esto era mío» (en referencia a México).

3 PARA VIVIR

El Señor nos creó para tener una buena relación con los demás, por ello invitó el papa Francisco a construir una sociedad sobre el fundamento del amor y de la amistad, de la armonía en el encuentro con Dios y con los hermanos. Deben tener la inquietud de tender lazos de amistad entre ustedes, con todos y de modo especial cuidar la cercanía con los abuelos, enfatizó el Papa. Y así aspiremos a “enfrentar el futuro con sonrisas de esperanza”.

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