Breve recuento
Voté por primera vez en 1970. Había ajustado los 21 años en 1968, unos días después de la matanza de Tlaltelolco.
BATARETE
Voté por primera vez en 1970. Había ajustado los 21 años en 1968, unos días después de la matanza de Tlaltelolco. Ese año estudiaba Humanidades en Guadalajara y un amigo que era miembro del Consejo Nacional de Huelga viajó a platicarnos sobre el movimiento; el día 3 de octubre amanecimos pagados a la radio azorados con la sevicia del régimen de Díaz Ordaz.
Un año después fui a vivir a la capital para estudiar filosofía. Entonces, a los 21 años, tenía la convicción de que no podía votar por el PRI. Ese año hubo sólo dos candidatos: Luis Echeverría, secretario de Gobernación con Díaz Ordaz y Efraín González Morfín, por el PAN. A don Efraín lo conocía y era un hombre inteligente, culto y honesto: sin duda capacitado para el cargo al que aspiraba.
Unos días antes de la elección me invitaron a que fuera “representante personal” de Efraín en una casilla. Acepté y fue mi primera votación y mi primera vez como testigo oficial en una elección. Fue una experiencia interesante. Echeverría consiguió el triunfo como se estilaba.
Terminé la licenciatura y decidí estudiar la maestría en antropología social. En 1976 hubo dos candidatos: José López Portillo por el PRI, y don Valentín Campa, viejo luchados de la izquierda por el partido comunista, proscrito y sin registro. Yo estaba haciendo investigación en la depresión central chiapaneca, vivía en un ejido de nombre pomposo, El Diamante de Echeverría, junto a la presa de la Angostura. Ese día recorrimos toda la región buscando una casilla y en varias horas de viajes por brechas complicadas no encontramos una, ni en los pueblos, ni en la cabecera municipal, La Concordia. Nadie votó en aquella región aislada. Al día siguiente los diarios de Tuxtla Gutiérrez atestiguaban que el voto fue unánime por López Portillo, que obtuvo en el estado el 100% de las papeletas. Como no estaba registrado en Chiapas me salvé, en esa ocasión, de votar por el PRI…
En 1982 hubo varios candidatos: Miguel de la Madrid por el PRI, Pablo Emilio Madero por el PAN, Arnoldo Martínez Verdugo por el PSUM, Rosario Ibarra de Piedra por el PRT y dos más por partidos muy menores. Yo sólo pude apoyar a doña Rosario, porque no estaba registrado en Sonora.
En 1988 Carlos Salinas de Gortari representó al PRI, Cuauhtémoc Cárdenas a la coalición del Frente Democrático Nacional, Manuel Clouthier al PAN. Esta vez voté por Cuauhtémoc, pero “se cayó el sistema” y proclamaron a Salinas ganador.
En 1994 Colosio era el candidato del PRI y fue asesinado. Ernesto Zedillo lo reemplazó. Cuauhtémoc volvió a competir ahora por el PRD recién fundado; la sonorense Cecilia Soto por el PT, Diego Fernández de Cevallos por el PAN y otros más. Esa vez coordiné un grupo de observadores electorales en la región de Magdalena con la intención de impedir fraudes, y volví a votar por Cárdenas.
En el año 2000 el PRI nominó a Francisco Labastida, el PAN a Vicente Fox, Cuauhtémoc fue lidereando la Alianza por México, Manuel Camacho por el Centro Democrático, Gilberto Rincón Gallardo por Democracia Social y Porfirio Muñoz Ledo por el PARM. Ganó Fox, me dio gusto que hubiera sido posible derrotar al PRI. Mi voto, sin embargo, se lo llevó por tercera vez, Cárdenas.
En el 2006 volvió a ganar el PAN con Felipe Calderón, que lo hizo tan mal que provocó que Peña Nieto del PRI lo sucediera en la Presidencia. Fue la primera vez que voté por Andrés Manuel López Obrador. En el 2012 repetí mi voto por AMLO, que quedó en segundo lugar, pero volvió el PRI con Peña Nieto. Josefina Vázquez Mota del PAN pasó al tercer puesto.
En el 2018 voté, por vez primera, por un triunfador, después de siete elecciones y 48 años de porfiar. Tercos que somos muchos. Y ahora ganó como presidenta una mujer por la que voté: ¡Cero y van dos! ¿Será la tercera la vencida?
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