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Sonora-Arizona

La relación entre Sonora y Arizona es tan añeja como compleja. De nosotros depende el abordaje que le queramos dar para conseguir de ella el mayor provecho posible.

Sergio Valle

PROS Y CONTRAS

Sonora vivió momentos estelares en materia de promoción económica esta semana, con el desarrollo de las actividades de la Comisión Sonora-Estados Unidos, como ahora se le ha llamado a ese mecanismo de coordinación entre nuestra entidad y el Estado de Arizona, aunque ahora la mira ha sido elevada al resto del territorio norteamericano.

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, fue el invitado principal de estos trabajos, junto a la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, y, obvio, el gobernador Alfonso Durazo como anfitrión. No es poca cosa la disposición que se vio ayer de las autoridades norteamericanas para coordinar esfuerzos con el Gobierno de Sonora.

Creo que en este rubro le podemos anotar un gran éxito al Gobernador por reunir en una sola mesa al embajador, a la Gobernadora de Arizona, al presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes, y al empresariado sonorense. Tuve la oportunidad de platicar un buen rato con el presidente del CCE, y de ese encuentro me quedo con la claridad de lo que para ese sector representa el Plan Sonora para nuestro País, insertado además en el boom económico de nuestros vecinos, particularmente de Phoenix, con la inversión de cientos de miles de millones de dólares en el tema de los semiconductores, de lo que habló también la Gobernadora y el embajador.

En este tipo de situaciones es fundamental amarrar acuerdos y no soltarlos hasta que se concreten. Hay mucho trabajo por delante, porque todo lo que se planea no se dará por generación espontánea. Por ejemplo, las universidades asentadas en Sonora, públicas y privadas, tienen un reto mayúsculo para generar profesionistas que puedan insertarse en ese plan.

El propio Cervantes Díaz habló de la importancia de que las universidades, no sólo de nuestro Estado sino del País entero, generen profesionistas capacitados en todas las disciplinas que reclama tanto el Plan Sonora como la industria de los semiconductores. Mire, en este momento ya hay empresas norteamericanas que están viniendo a buscar mano de obra calificada, desde ingenieros hasta técnicos. No abundaré mucho porque no soy especialista y temo utilizar términos incorrectos, pero esto que le digo aquí está sucediendo; en el sector maquilador lo tienen ya muy bien registrado.

La insistencia del presidente del CCE en la importancia de las pequeñas y medianas empresas en este entramado me parece relevante, porque es en ese sector donde se generan la mayoría de los empleos en este País. Sin embargo, hará falta capacitación y en algunos casos hasta apoyos gubernamentales para que se puedan montar en ese círculo virtuoso, sobre todo por las limitaciones financieras que enfrenta ese sector de la economía.

La relación entre Sonora y Arizona es tan añeja como compleja. De nosotros depende el abordaje que le queramos dar para conseguir de ella el mayor provecho posible. Los problemas estarán ahí por algún tiempo, de este y de aquél lado; no podemos ignorarlos porque jamás se resolverían. Pero esto tampoco debe impedir que aprovechemos de una vez por todas el mar de oportunidades que tenemos en esta llamada mega región.

El embajador Ken Salazar no escatimó palabras para el gobernador Alfonso Durazo y su homóloga de Arizona, cuando dijo que eran los mejores gobernadores de este y del otro lado. El mandatario sonorense, tan serio y reservado, no ocultó el gusto que le generaron esas expresiones. Aprovechemos, pues, esto que se nos presenta; oportunidades habrá.

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