Al siguiente nivel

PROS Y CONTRAS

La desaparición de los organismos autónomos, consumada esta semana mediante una reforma constitucional aprobada en la Cámara de Diputados, abre un nuevo espacio de debate y México avanza a una siguiente etapa en el proceso de desmantelamiento del modelo creado a partir de 1988, cuando inició el famoso, odiado y hasta mal comprendido período neoliberal.

No es todo lo bueno que dicen sus promotores, ni todo lo malo que aseguran sus detractores.

En fin, que el México de aquel entonces no entendía lo necesario del cambio, pero había una clase política y un sector de la sociedad con la suficiente influencia para empujarlo, apoyados por la comunidad internacional.

Igual que el México de hoy no comprende lo peligroso de este otro cambio y tenemos una clase política dominante que aunque algunos de sus integrantes hayan vivido aquellos tiempos, hoy deciden en sentido contrario.

Lamento reconocer que a nuestros socios comerciales, concretamente a Estados Unidos y Canadá, no les interesa demasiado la democracia mexicana, salvo aquellas partes que pongan en peligro sus intereses económicos, sus inversiones que claramente son cuantiosas y generan decenas de miles de empleos.

Más de una vez lo he escrito aquí y lo he comentado en otros espacios. El modelo neoliberal no terminó de cuajar en la tierra mexicana porque intentó imitar modelos extranjeros, como el famoso sueño americano, pero no terminó de adaptarse a la realidad mexicana.

En todo caso se valía identificar el sueño mexicano, pero no arremedar uno ajeno. Las regiones ricas siguieron siendo aún más ricas, mientras que las vastas localidades que concentraban la pobreza la siguen concentrando aún hoy.

Incluso la brutal desproporción de la inversión pública impulsada por AMLO el sexenio pasado, con cosas como el Tren Maya, la refinería, etc., en el Sureste no logran ni parece que vayan a lograr elevar la calidad de vida de cientos de miles de familias.

Simplemente porque muchas de ellas no saben sino extender la mano, o en el mejor de los casos ajustarse a sus usos y costumbres que, si bien son respetables, les impiden insertarse en una dinámica económica que los lleve a mejorar sus índices de bienestar.

Dicho lo anterior, me queda claro que la desaparición de los organismos autónomos a manos de Morena y aliados no le genera la más mínima mortificación a una masa mayoritaria.

El detalle es que los que toman las decisiones podrían tener una visión distinta, pero no. No hay en la historia de México un solo gobierno que tenga la capacidad de autorregularse.

La esperanza es que quien gobierne tuviera la suficiente visión y vocación para entender la utilidad de los límites y de los contrapesos que imponían esos organismos, junto con el Poder Judicial. Porque no se trata de que la gente entienda todo. No se puede eso.

La mayoría de las personas están preocupadas por resolver su día, no van a andar reflexionando ni metiéndose en este tipo de debates. Lo deseable es que quienes están en posiciones de poder sí sepan y entiendan el alcance de estas decisiones.

LOS DOS JOVENCITOS

La desaparición de dos jovencitos adolescentes esta semana en Hermosillo debiera servir –al menos para que las familias que tienen hijos en ese rango de edades, volteen a ver qué están haciendo, con quién se están relacionando.

Pero sobre todo cuáles son los medios que se utilizan para relacionarse con otras personas.

No tengo más información que la que ha difundido la Fiscalía General de Justicia. Pongo aquí este comentario porque creo que eso que sucedió debe al menos alertarnos como padres de familia, para detectar si acaso algo extraño o malo sucede con nuestros hijos e hijas o con las personas con las que se relacionan.

Porque ya no es el teléfono ni la escuela. Son hasta los videojuegos en línea los que permiten que los muchachos de esa edad interactúen con personas desconocidas.

Simplemente que sirva esto para estar más atentos. Afortunadamente ambos fueron localizados con vida y están de regreso con sus familias.