Se buscan estadistas
Cascabel
En la política la palabra solía tener valor, hoy en día evidentemente ya no. Decisiones, difíciles en ocasiones, de quienes hoy gobiernan impactan presente y futuro de todos. Gobernantes requieren entre muchos otros atributos valor, inteligencia, generosidad, sencillez, experiencia, sabiduría y temple.
Ante retos en la arena pública, urgen mujeres y hombres con altura de estadistas que trasciendan más allá de la politiquería estéril que ha caracterizado lo público en lo que va de este siglo y logren romper ese círculo vicioso de vanagloria que los distingue. Ante ausencia de estadistas como opción me gustaría encontrar políticos con vocación de buscar bien común, ser factor de unidad, ejemplo de honestidad, entrega, frugalidad y sencillez.
Desafortunadamente nos enfrentamos a que lo público ha sido capturado por una generación de cortesanos interesados en su propio bienestar, esos personajes que desde el Gobierno se han convertido en grandes capitalistas, empresarios y traficantes de influencias.
El mito fáustico al que se enfrentan esos “líderes” del quehacer público y privado lleva a muchos de ellos a racionalizar ese abandono de principios, valores, pundonor y vergüenza. Pocos con gran aplomo enfrentan aquellas decisiones difíciles y sin rehuir su responsabilidad de hacerse cargo de sus decisiones, de su imposibilidad de honrar palabra y de las consecuencias, muchos como dirían en algunas regiones de Sonora corren a esconderse detrás de enaguas.
Es válido cambiar de opinión si las circunstancias así lo ameritan, es cobarde rehuir a la responsabilidad señalando a otros. En el vaudeville legislativo, en accidentadas sesiones avanza lentamente el presupuesto de egresos de la federación para 2025 cuyas prioridades continúan enfocadas a proyectos y programas capricho de la administración anterior.
Las premisas bajo las cuales se construyeron las proyecciones de ingresos de la Federación para 2025 por lo que respecta a crecimiento económico, tasa de interés, tipo de cambio, plataforma petrolera, entre otras variables importantes a juicio de una mayoría de analistas no se lograrán, tal como no se lograron en los últimos años.
El déficit anticipado, la creciente deuda a proveedores de Gobierno, un persistente alto grado de informalidad, un rezago en infraestructura de generación y transmisión de electricidad, endeudamiento y amenazas externas obligan un replanteamiento en aras de conservar estabilidad macroeconómica.
Un déficit de 6% del PIB en 2024 y de 3.9% para 2025 en gasto público, con una inflación que no cede y la proliferación de regiones en estado de excepción da poco margen a la administración federal de seguir difiriendo decisiones, urge redimensionar proyectos y programas capricho.
Sonora ya tiene Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos para 2025, aprobado en desordenada sesión donde quedó en evidencia, una vez más, el bajo nivel de legisladores.
Dictámenes presentados por comisiones con errores, entre ellos la omisión en el artículo 13 de egresos sobre destino de 40,347 millones de pesos. De un total de 89,198 mdp de gasto público aprobado se desglosan conceptos por 88,286 mdp comprendidos en los artículos 8 al 13 presentados ante el pleno, una omisión de 912 millones de pesos.
Al igual que en el primer presupuesto presentado por Alfonso Durazo, las sumas no dan, lo grave es que en este caso se dictaminó sin corregir. La palabra de Durazo Montaño de no subir impuestos y no endeudar, al cesto de la basura. En ingresos se autoriza un endeudamiento de 6,550 millones de pesos, el 7.34% del total.
La deuda de largo plazo dicen se destinará a inversiones, muchas de ellas con vida útil menor a la del plazo del financiamiento, es decir, la deuda seguirá como carga a las finanzas públicas aun cuando el destino de inversión haya agotado su vida útil, un sinsentido. Mendaz la propaganda de “sin nuevos impuestos y sin endeudar” propalada desde el Ejecutivo ante el peso de la evidencia de iniciativas firmadas por Durazo Montaño y aprobadas por esa oligofrénica aplanadora legislativa bajo su control.
Falsa la afirmación de ser “el presupuesto social más grande de la entidad”, en eje de presupuesto social se aprobó recorte de 1,210 millones de pesos al disminuir en 1,813 mdp concepto relacionado con atención a la salud. La nueva contribución sobre nóminas de 1% que incrementa carga en 33% a empresas con más de 100 empleados es notoriamente inconstitucional.
La narrativa utilizada, en esa ausencia de temple, señalando a “empresarios” como responsables, exhibe de cuerpo entero a quienes gobiernan junto con autodesignados “líderes empresariales” prestos a la zalamería y aplauso a cambio de 30 monedas.
Con 923 mdp adicionales, ese 1%, no se va solucionar el problema de seguridad, si socavan competitividad de Sonora, creando nuevos actores a señalar cuando llegue el inevitable fracaso ante la tozudez de continuar con una evidentemente fallida estrategia. Preocupante se celebre disminución en corrupción de 16.1% cuando lo prometido fue erradicarla, gradualismo ramplón.
Ante la ausencia de estadistas y políticos el participar ciudadano es nuestra única y última alternativa. Sostengo que gradualismo no es más que la cobardía de no querer hacer las cosas bien a la primera, dejando para ese después que nunca llega, decisiones difíciles. Sostengo que se requiere mucho valor para permanecer callado. Debemos con responsabilidad levantar la voz señalando lo que es evidente.
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