Contra la pared, México este 2025

EFECTO MULTIPLICADOR

En materia económica México la tiene particularmente difícil este año porque el presidente electo estadounidense Donald Trump tiene planes muy agresivos y además notoriamente diferentes a los de la presidenta Claudia Sheinbaum.

El primero ondea la bandera del nacionalismo proteccionista y, la segunda, la del estatismo.

El proteccionismo trumpista promueve el alza de los aranceles mientras que el estatismo desalienta la inversión privada.

El nacionalismo proteccionista del magnate republicano -enfocado en la política económica y comercial-, prioriza los intereses económicos y laborales de los estadounidenses frente a los acuerdos y relaciones comerciales internacionales.

El estatismo de la 4T -gran pilar de su estrategia política y económica-, tiende a fortalecer el papel del Estado como el actor principal en áreas estratégicas en contraposición a las políticas neoliberales que habían predominado en México durante las décadas anteriores.

Tanto el posicionamiento de Trump como el de Sheinbaum le ponen trabas al desenvolvimiento de la economía mexicana.

De ahí que los pronósticos sobre el Producto Interno Bruto (PIB), lucen desmejorados en el corto y mediano plazo.

Los analistas del sector privado, que consulta mensualmente el Banco de México, estiman que el crecimiento económico de este año será de apenas 1.55%; para el 2026 el desempeño productivo del País se debilitará todavía más, pues se calcula una variación del 1.17%.

¿Cómo nos iría el 2027?

Habría -según los analistas- una ligera mejoría, ya que el PIB nacional crecería 1.74%.

¿Qué tan factible son los tres pronósticos anuales?

Serán alcanzables sí solo si el nacionalismo proteccionista de Trump es benévolo hacia México (que la lucha comercial estadounidense se enfoque más en otro país como China, por ejemplo) y que el Gobierno de Claudia Sheinbaum le apueste gradualmente más a las inversiones del sector privado.

Si ambas acciones se conjuntan desde este año, el PIB mexicano podría crecer por arriba del 1.55% estimado para este 2025 y mostrar un mayor ritmo en los años subsecuentes.

Esto -debe recalcarse-, será posible si la administración de Sheinbaum hace equipo con Trump en materia migratoria y también en seguridad, dándolo por descontado en lo económico.

La mesa está puesta para el Gobierno mexicano; todo depende de que la 4T empiece a moverse estratégicamente -desde la perspectiva de los inversionistas-, y modere su posicionamiento antiempresarial, lo cual no será nada fácil, pues su ADN no es ese.

EL RELEVO EN PUERTA

Dentro de trece días el presidente demócrata Joe Biden dejará la Casa Blanca en manos de Trump; esto será el próximo lunes 20 de enero. El aguerrido republicano promete hacer efectivas sus amenazas internacionales, desde el primer día que empiece a despachar como el mandatario número 47 de la Unión Americana.

El neoyorkino de 78 años (nació un 14 de junio de 1946), ha anunciado en reiteradas ocasiones que lanzará la campaña de deportaciones más grande de la historia.

También ha adelantado que atacará con misiles los laboratorios de fentanilo que existen en México.

En el tópico económico, Trump tiene el plan de subir 25% los aranceles tanto a México como a Canadá; empero, ayer el republicano les guiñó el ojo a los canadienses diciéndoles que no les impondría aranceles si se fusionan con Estados Unidos para así convertirse en el Estado 51.

Miembros del Colegio de Economistas de Sonora (CES), calculan que un arancel del 25% impactaría en un 12% las exportaciones mexicanas. Este boquete significaría unos 70 mil millones de dólares.

Otro misil de alcance económico sería el plan de regresar las plantas automotrices de México a Michigan. La Planta Ford de Hermosillo tiene una importancia en el PIB sonorense de por lo menos el 20%. Esto es, que un peso de cada cinco lo genera la armadora que dirige en Hermosillo Eduardo Villegas Luján.

Además, la automotriz estadounidense tiene por lo menos 18 proveedores y, apunta Jesús Gámez García, presidente de Index Sonora, genera miles de empleos bien remunerados.

Luego entonces, la desaparición de Ford le quitaría a Sonora por lo menos 10 mil millones de dólares anuales y el PIB per cápita en la entidad bajaría de 17 mil dólares a unos 14 mil.

Las locuras del ya muy próximo presidente estadounidense, nos saldrían muy caras (tanto al País como a Sonora) y la añorada reactivación económica que promueve el gobernador Alfonso Durazo se esfumaría.

El apretón económico en Sonora será fatídico si las trabas a la inversión minera persisten en México.

Urge por tanto, una política verdaderamente promotora y en línea con Trump.