Las personas que cambian tu vida

Es una realidad que las personas que pueden cambiar tu vida no las puedes agendar o programar, simplemente aparecen y hay que aprovecharlas. Veamos el caso de a Steve Jobs cómo fue que lo vivió con una de ellas.

EN STANFORD

Jobs era invitado a dar una charla en Stanford una o dos veces al año. En una ocasión lo invitan un jueves por la tarde, y esa noche tenía cena con unos clientes importantes.

Al arribar al auditorio este se encuentra ya casi lleno, y como había estudiantes en los pasillos se les pidió que se sentaran. Una de las jóvenes estudiantes fue y se sentó al frente, en uno de los asientos reservados para invitados de Steve Jobs.

Jobs se fija en ella y le llama la atención, y durante la charla no deja de estar observándola. Al final del evento se quedan algunos alumnos haciendo preguntas y ella también.

Jobs nota cuando sale del auditorio, y por una intuición decide seguirla y alcanzarla en el estacionamiento. Le pregunta si la puede invitar a cenar el próximo sábado y le contesta que sí, y le da su teléfono.

Cuando Steve se encamina a su carro piensa lo siguiente: Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿con quién preferirías cenar, con ella o con los clientes?… Jobs se da media vuelta y la alcanza y le pregunta que tal si mejor cenan hoy, y ella responde afirmativamente. El nombre de la chica es Laurene Powell, y para hacer la historia corta 18 meses después se estaban casando. Si Jobs lo deja para el sábado no se sabe qué hubiera pasado.

CONCLUSIÓN

Hay personas, instituciones, libros, que nos pueden cambiar la vida, y cuando captemos que estamos enfrente de una o uno de ellos hay que tener el coraje de seguir esa intuición. Desafortunadamente muchas veces no lo seguimos, y desconocemos si esa oportunidad que se nos presentó de seguir esa premonición vuelva a ocurrir. Este tipo de situaciones no se pueden agendar o programar, ocurren y hay que aprovecharlas. Bien lo dijo Peter Thiel: “El pensamiento brillante es raro, pero el coraje es algo que se encuentra en menor cantidad que los genios”. ¡Feliz domingo, estimado lector!