‘Potencia científica’, pero con ayuda de IP

El Gobierno mexicano podrá hacer efectiva la promesa de la presidenta Claudia Sheinbaum de hacer del País una “potencia científica”, si se cuenta con el apoyo económico de un sector privado en expansión.

En esta lógica, cada año la hacienda pública podría captar más recursos de la planta productiva siempre y cuando ésta crezca de forma constante y sostenida, lo cual no precisamente sucede ni en la actual ni en la anterior administración de López Obrador.

Y para que el repunte empresarial sea factible, debe generarse desde el Gobierno central una mayor certidumbre mediante un adecuado y sólido marco institucional que fortalezca -sin regateosel Estado de Derecho.

Así, bajo una estructura jurídica competitiva, crecerá la confianza en México y el flujo de inversiones productivas habrá de ser significativo. En esta dinámica, crecerán las fuentes formales de trabajo así como la derrama económica a favor del sector comercial y por ende los ingresos tributarios en los tres niveles de Gobierno (sobre todo en elfederal).

Luego de este nuevo entorno donde se promueve al sector empresarial, la Federación podría empezar a considerar una reforma fiscal.

Ello con el fin de reforzar los ingresos públicos y la capacidad del Gobierno federal para entrarle con mayor soporte a la promoción de la ciencia y tecnología que ahora promueve animosamente la presidenta Claudia Sheinbaum.

El alza de impuestos -siempre impopular-, tendría que ir acompañado de un programa donde la transparencia en el manejo de los recursos públicos sea una constante, es decir, que la autoridad hacendaria sea altamente efectiva tanto para cobrar -como ya sucede-, como para informar a la población sobre cómo se gasta cada peso de lo captado.

Entonces, bajo el esquema de que se promueve constantemente la confianza en el País y que posteriormente entran en vigor nuevos niveles de impuestos (que se gastarían como en los países del primer mundo), podrá hablarse de que México tiene un importante soporte económico para convertirse en “potencia científica”.

VISIÓN PRESIDENCIAL

En su informe de los primeros 100 días en la Presidencia de México, Sheinbaum dijo que con proyectos de extracción de litio, el uso de inteligencia artificial, la fabricación de autos eléctricos, aviones no tripulados y una fábrica de software, el País será otro.

La mandataria dijo que su Gobierno ya trabaja en el tema científico-tecnológico y asegura que se destinarán suficientes recursos para implementar los proyectos científicos de desarrollo tecnológico, como el auto eléctrico mexicano ‘Olinia’, el taller de diseño de semiconductores, entre otros.

Además anunció que en breve se instalarán los grupos de científicos que diseñarán aviones no tripulados, boyas marinas para medición, métodos de extracción de litio, lafábrica de software libre e inteligencia artificial.

Como me comprometí: “México será una potencia científica”, confía la ex jefa de Gobierno de la CDMX.

RETO MAYÚSCULO

Es una cruda realidad que México invierte poco, muy poco, en ciencia y tecnología.

Sexenio tras sexenio se promete impulsar este importante y estratégico renglón para hacer más productivo al País y robustecer la economía nacional hasta insertarla en el ‘top ten’.

Pero sin recursos económicos no puede hacerse ciencia, tecnología o innovación como en los países avanzados.

¿Cuál es la clave? Invitar a invertir a los industriales.

Actualmente, ¿Cuál es el presupuesto federal asignado a la ciencia?

El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2025, contempla para el Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación, 128 mil 225 millones de pesos provenientes de recursos fiscales y 23 mil 249 millones por recursos propios, lo que da un total de 151 mil 474 millones de pesos.

Este monto significa menos del 0.5% del PIB, lo que es una minucia.

Los países que invierten de a deveras a la ciencia y a la tecnología andan por arriba del 2%.

Según Statista, 18 países en el mundo le asignan a la ciencia por lo menos el 2.11% de sus respectivos PIB’s.

En este listado sobresale Israel, nación que le dedica a la investigación y desarrollo el 6.02%, le sigue Corea del Sur con 5.21%, Taiwan con 3.96%, Estados Unidos con 3.59% y Bélgica con 3.41%.

¿Será posible que México pueda “ponerse al tu por tu” con los “países científicos”?

Es probable aunque se antoja difícil mientras el Gobierno federal se comporte como el enemigo número uno de la inversión privada.

El País necesita de la IP, pero los cambios a la Constitución y otras reformas encarecen a las empresas el costo de invertir además de provocar incertidumbre. Javier Villegas Orpinela es presidente del Colegio de Economistas de Sonora, director de Correo y Telegrama y profesor en el Departamento de Economía Unison.