Apropiación partidista
Hoy atestiguamos una farsa, los legisladores de Morena se han convertido en comparsas de una tragedia animada por un profundo resentimiento que busca la colonización del Poder Judicial con sus militantes; el Senado ha dado un espectáculo bochornoso, no hay antecedente histórico de la atrocidad que estamos presenciando, aunado a la exclusión de todos aquellos que no son afines al oficialismo.
En el Congreso constituyente de 1917 los debates fueron apasionados, los argumentos y las exposiciones para el proyecto constitucional abarcaban vehementes intervenciones, los legisladores intentaban darle forma a un nuevo país.
Una de las más acaloradas discusiones fue la conformación del Poder Judicial, algunos diputados se inclinaban por que el voto universal designara a los funcionarios judiciales, esta corriente proponía que la facultad debía corresponderle al pueblo para garantizar su legitimidad.
Los constituyentes fueron impetuosos en la defensa de sus ideas, en todo debate sobresalía un tema, la inamovilidad e independencia de los funcionarios judiciales y el respeto irrestricto al Poder Judicial.
La experiencia porfiriana estaba viva, pretendían distanciarse de la abyección y sumisión de los poderes rendidos ante el Ejecutivo; la polémica se prolongó y las intervenciones tensaban el ambiente, después de largas discusiones se logra que pase a votación.
Se desechó la vía de la elección popular, los argumentos en contra de esta propuesta ganó adeptos, se requería de un Poder Judicial autónomo, que construyera capacidades jurídicas, no simpatías electorales.
Juan de Dios Bojórquez, como diputado por Sonora narra los últimos detalles de aquella votación en su libro Crónica del Constituyente:
“Señores diputados: Habiéndose acercado los firmantes de la iniciativa sobre la adopción de un nuevo sistema electoral del Poder Judicial de la Federación, la comisión ha hablado con ellos y se ha llegado al siguiente acuerdo, que sometemos a la deliberación de la Cámara con el fin de conocer su opinión antes de redactar el dictamen y no tener que presentarlo y volver a retirarlo. Los asuntos son los siguientes: El número de magistrados será el de once. Sistema electoral: Las legislaturas de los estados proponen un candidato y el Congreso elige dentro de esos candidatos los que deban ser: No interviene el Ejecutivo: Tercero: El periodo de prueba para llegar a la inamovilidad y ver si conviene, es de seis años hasta 1923; de manera que en estos seis años se verá si conviene o no este sistema, el que también en este lapso podrá discutirse en libros, en la prensa y por otros medios análogos”.
Venustiano Carranza recelaba del sistema parlamentario, el diseño constitucional que impuso fue de un Ejecutivo fuerte, esto provocó que casi todo el siglo XX el Poder Judicial quedara subordinado a la Presidencia en turno, aun respetando la Constitución y sus numerosas reformas.
Esto se corrigió en 1994, la reforma que se logró aquel año regresó al proyecto constitucional original de once ministros e incentivó una carrera judicial ganando capacidades, independencia y profesionalismo.
Hoy atestiguamos una farsa, los legisladores de Morena se han convertido en comparsas de una tragedia animada por un profundo resentimiento que busca la colonización del Poder Judicial con sus militantes; el Senado ha dado un espectáculo bochornoso, no hay antecedente histórico de la atrocidad que estamos presenciando, aunado a la exclusión de todos aquellos que no son afines al oficialismo.
En toda la historia judicial mexicana nunca se había presenciado un espectáculo tan denigrante, las consecuencias de este sometimiento lo acabamos de atestiguar ante la absolución inmediata del ex gobernador Cuauhtémoc Blanco y el cese fulminante del fiscal que tenía a su cargo la acusación. El más claro ejemplo de que el objetivo de esta apropiación partidista del Poder Judicial aspira a que la impunidad y el abuso sea una política pública.
El partido-gobierno tiene el control del Legislativo, del INE, de la CNDH y la elección judicial es la consumación de la simulación, el encubrimiento del absolutismo.
Sin garantías judiciales los ciudadanos no tenemos defensa. Dejamos de ser una república.
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