Milei, otra vez...
Muchos creyeron en su palabra y la tal $LIBRA pasó de un precio inicial de unos centavos de dólar a más de cinco dólares en menos de dos horas.
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BATARETE
En estos días la atención global se ha centrado en el presidente de la Argentina, Javier Milei, por su participación como “difusor” de un proyecto de inversión en criptomonedas llamada $LIBRA, que, decía, iba a propiciar el desarrollo de su país. Don Javier salió a las redes sociales a recomendar (difundir, aclaró), que invirtieran en ese producto financiero que iba a generar grandes ganancias que apoyarían la economía de su país, y traería muy buenos dividendos a quienes invirtieran en ese activo digital.
Muchos creyeron en su palabra y la tal $LIBRA pasó de un precio inicial de unos centavos de dólar a más de cinco dólares en menos de dos horas, un 50% de sobreprecio, lo que provocó mucho interés y más demanda por parte de los compradores. Lo que no se sabía es que un pequeño grupo de negociantes que habían diseñado la jugada, tenían una porción considerable de dicho instrumento, lo que les permitió venderlos cuatro horas después de haber salido al mercado, con lo que obtuvieron en ese reducido lapso, utilidades cercanas a los cien millones de dólares, al menos. En contrapartida, los miles de inversionistas que compraron esas criptomonedas, se quedaron con títulos sin valor y una pérdida total.
De inmediato muchos afectados, bastante airados, acusaron al mandatario argentino en quien habían confiado, y muy pronto se supo que uno de los principales instigadores del proyecto, el norteamericano Hayden Mark Davis, se había reunido varias veces con Milei, la última en la casa presidencial el pasado 30 de enero. Empezaron a surgir noticias y rumores, entre otras cosas que el propio presidente tenía una fuerte inversión en $LIBRAS y había resultado muy beneficiado con el chanchullo, rumor que no se ha probado cierto, pero que tiene a don Javier muy ocupado intentando negarlo, y explicando, con algo que simule sinceridad, que su intervención “fue a título personal, no como presidente” –expresó- “por eso usé mi cuenta de X personal, no la oficial...”
Luego pasó a explicar que él no estaba “interiorizado” en eso de las criptomonedas y sólo le había parecido una muy buena oportunidad para generar riqueza y ayudar a que Argentina saliera adelante. Una explicación que pide otra más: ¿Cómo es posible que un economista con posgrado, que dice haber asesorado muchas organizaciones privadas y públicas en su tierra natal, que trabajó en televisión como experto en economía, no haya sospechado un posible fraude?
Tampoco mencionó que sí tenía alguna experiencia con criptomonedas: en 2022, siendo ya diputado, apoyó un esquema que generaba token o fichas con cierto valor, y permitía jugar con ellas y acumular esos productos. Muy pronto las fichas perdieron toda su valía y muchos ahorradores salieron quebrantados. Ese mismo año promocionó otro esquema de inversión llamado CoinX, que ofrecía retornos mensuales del 8% en dólares, y que fue clausurado por la Comisión Nacional de Valores de Argentina, lo que dejó a muchísimos inversores con pérdidas totales. Milei afirmó que a él sólo le habían pagado para promocionar esa plataforma: “yo cobro por mis opiniones”, afirmó.
Si sumamos estas dos acciones con la de esta semana tendremos sobrados datos para sospechar que don Javier Milei es cómplice en varias estafas millonarias muy recientes en su país. Él se califica a sí mismo como “libertario,” una corriente de pensamiento que promueve una sociedad que garantice la libertad individual, la propiedad privada y la economía de mercado. Consideran que la propiedad y los mercados libres son las bases de una libertad resbaladiza para muchos: Sólo quienes pueden acceder a ellos serán libres. Proponen un gobierno restringido, que consienta los acuerdos voluntarios y proteja con la fuerza las libertades individuales, de los más pudientes por supuesto.
Javier Milei, por tercera ocasión, demostró que, para él, la libertad no es una construcción social que ampare a las colectividades, sino una ofensiva en contra de otros sujetos supuestamente libres: Prefirió su beneficio personal, cobró y se aprovechó de quienes lo eligieron.
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