Poderes Ejecutivo y Judicial de Sonora, holística de resultados

JURIS TANTUM

Nuestra futura presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado de manera reiterada que la clave para alcanzar los estándares de seguridad e impartición de justicia de los que, en general, actualmente disfrutan los ciudadanos y visitantes de la Ciudad de México, ha sido la coordinación entre los distintos entes de Gobierno que son participes de esos temas.

No hay que confundir coordinación con injerencia, sometimiento o, mucho menos, vulneración de la independencia de un poder hacia otro. La coordinación implica sostener conversatorios y reuniones de trabajo en las que participan todos los poderes y organismos constitucionales autónomos que conforman alguna pieza del engranaje de la seguridad y la administración de justicia a efecto de uniformar criterios que redunden en la calidad del servicio público. En las condiciones apuntadas la aplicación del holismo resulta esencial para la buena marcha del Estado.

Si en aras de una mal interpretada independencia o autonomía, los poderes y entes gubernamentales se condujeran cada uno por derroteros o criterios totalmente dispares, indudablemente que el producto sería una maquinaria en desconcierto traducida en anarquía donde, evidentemente, el más perjudicado sería el pueblo en todos los sentidos.

En la doctrina del holismo se pone énfasis en la importancia del todo considerado en su globalidad por encima de las partes que integran ese todo sin descuidar sus interacciones procurando sinergia y atribuyendo una elevada importancia a la interdependencia de éstas.

En mi concepto la posición de holismo ha estado muy presente en la forma de conducirse y tomar decisiones tanto del gobernador de Sonora, doctor Alfonso Durazo como del presidenPara te del Supremo Tribunal de Justicia Sonorense, Rafael Acuña Griego, de tal forma que los resultados positivos saltan a la vista.

Como corolario de esta loable sinergia se encuentran la consolidación del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio y la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Laboral en el Estado de Sonora.

Quien esto escribe conoce de primera mano la complejidad que representa poner en marcha y operar todo un sistema procedimental partiendo de muy incipientes bases en atención a tres necesidades sustanciales: 1.- Capacitar a todo el personal operador; 2.- Construir la infraestructura y equiparla, y 3.- Armonizar la normatividad.

Lo anterior se lee fácil, pero la consecución de cada uno de los tres anteriores conceptos requiere de una gran voluntad política que se traduce en arduas tareas de gestión de recursos económicos y dedicación de tiempo a la coordinación y supervisión de los trabajos correspondientes.

Es por lo anterior que estimo digno de reconocimiento el que, sin aspavientos y con un gran sentido holístico y de responsabilidad, los poderes Ejecutivo y Judicial de Sonora, en puntual coordinación, hayan logrado implementar en tiempo y forma el Nuevo Sistema de Justicia Laboral a partir de prácticamente cero, a diferencia del Sistema de Justicia Penal Acusatorio en donde bastante infraestructura y personal sólo migraron provenientes del sistema tradicional.

Cabe señalar que, con respecto al actual funcionamiento del Nuevo Sistema de Justicia Laboral, he recibido expresiones muy positivas de parte de colegas pertenecientes al foro de litigantes en esa materia.

En esta suerte de holismo que prevalece en el Estado libre y soberano de Sonora es destacable también la trascendental participación de los servidores que fungen como inmediatos subordinados de los actuales depositarios de los poderes Ejecutivo y Judicial quienes mediante una labor discreta pero muy efectiva han sido elementos fundamentales para llevar a buen puerto tan relevantes tareas.

¡Enhorabuena!