Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Tecnología | Noticias de México | EL IMPARCIAL / Infancia

¿Por qué no recordamos nuestra primera infancia? Estudio revela nuevas claves

El fenómeno conocido como amnesia infantil ha sido atribuido tradicionalmente a un hipocampo inmaduro

¿Por qué no recordamos nuestra primera infancia? Estudio revela nuevas claves

Durante años, la comunidad científica ha creído que la incapacidad de recordar los primeros años de vida se debía a que el cerebro aún no estaba lo suficientemente desarrollado para formar recuerdos. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Yale, publicado en Science, sugiere que esta teoría no es del todo precisa: los bebés sí son capaces de crear recuerdos desde tan solo los 12 meses, aunque la dificultad radica en recuperarlos más adelante.

La paradoja de la memoria temprana

El fenómeno conocido como amnesia infantil —la imposibilidad de recordar vivencias de la primera infancia— ha sido atribuido tradicionalmente a un hipocampo inmaduro, la región cerebral encargada de consolidar la memoria. No obstante, la investigación liderada por Tristan Yates (ahora en la Universidad de Columbia) refuta esta hipótesis. En su lugar, los resultados indican que los recuerdos sí se codifican en la primera infancia, pero su acceso posterior es limitado, probablemente debido a fallos en los mecanismos de recuperación.

Memoria episódica vs. memoria estadística

El equipo de Yale centró su análisis en la memoria episódica, la que almacena experiencias concretas, como la visita a un parque o el sabor de una galleta. Esta difiere del aprendizaje estadístico, que permite reconocer patrones generales, como la estructura de una frase o la rutina del baño. Aunque se sabía que los bebés son hábiles para detectar patrones, ahora se confirma que también pueden capturar eventos únicos.

El experimento con bebés: codificar sí, recuperar no

Para evaluar la capacidad de codificación, los investigadores trabajaron con 26 bebés de entre 4 y 25 meses. Utilizando resonancia magnética funcional (fMRI), midieron la actividad del hipocampo mientras los pequeños observaban imágenes nuevas (caras, objetos o paisajes). Posteriormente, los expusieron nuevamente a algunas imágenes ya vistas, mezcladas con otras desconocidas.

El resultado fue claro: los bebés que mostraron una mayor activación del hipocampo al ver una imagen novedosa, la reconocían con mayor facilidad cuando la veían nuevamente. Esta correlación fue más evidente en los bebés mayores de 12 meses, lo que sugiere que a partir de esta edad la memoria episódica comienza a consolidarse de manera más efectiva.

Un rompecabezas neurológico

Aunque la capacidad de codificación está presente desde temprano, la dificultad para acceder a estos recuerdos más tarde podría explicarse por problemas en la consolidación o la recuperación. La codificación inicial —el proceso en el que el cerebro “fotografía” un evento sensorial— es solo el primer paso. Para que un recuerdo se mantenga a largo plazo, debe reforzarse durante el sueño y conectarse con otras áreas cerebrales.

Sin embargo, los investigadores sugieren que los recuerdos tempranos podrían no desaparecer por completo, sino volverse inaccesibles, indica EFE. Estudios con roedores han demostrado que ciertos recuerdos infantiles persisten en el cerebro adulto, aunque solo se pueden activar mediante estimulación directa de los engramas (las huellas neuronales que almacenan la memoria) o con señales específicas.

Una ventana hacia la memoria oculta

Este hallazgo plantea la intrigante posibilidad de que, aunque no podamos recordar conscientemente nuestras primeras experiencias, estas podrían seguir latentes en el cerebro. De hecho, el equipo de Yale ya explora si ciertos estímulos específicos o técnicas experimentales podrían “desbloquear” memorias infantiles aparentemente olvidadas.

“Estamos empezando a considerar la hipótesis, casi de ciencia ficción, de que los recuerdos formados durante la infancia podrían sobrevivir hasta la adultez, aunque permanezcan inaccesibles”, concluye Nick Turk-Browne, coautor del estudio.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados